Se va, para no volver, el año 2025. Ya las fiestas de Navidad, Nochebuena y Año Nuevo vienen de camino.
Son las tradicionales fiestas que la sociedad dominicana espera con ansias, sin importar que haya o no crisis económica. Pero lo que no se debe soslayar es que el país sufre serios problemas económicos y de otra índole.
Se podría decir, aunque parezca arriesgado escribirlo, que el 2026, que comenzará el 1 de enero venidero, lo tendremos que bautizar como ¡Un claro año electoral!, a propósito de las elecciones presidenciales, congresuales y municipales pautadas para mayo del 2028.
El pueblo llano -y ya se observa en los marginados barrios de Santo Domingo, pero igualmente en los sectores de burgueses y oligárquicos; de las clases media y media alta- comienza a dar visos de celebración, de vivir las fiestas de fin de año.
La gente las espera con “ánimo festivo”, al margen de que haya inflación, que los precios de la canasta familiar estén por las nubes, inalcanzables.
Son los que se adquieren durante los días de fiestas navideñas, especialmente pollo, carne de cerdo, pavo, así como uvas, manzanas, las nunca olvidadas teleras y demás artículos que sirven para las cenas de Nochebuena y Año Nuevo.
Pero en medio de los esperados festejos, igualmente se viven momentos matizados por el ferviente panorama político-electoral…¡porque el ruido político dominicano se siente y no tiene frenos!
Aunque -y creo que todos deben estar contestes con esta opinión- las organizaciones políticas, a partir de la primera semana de este diciembre, deberán hacer una “pausa” y dejar que las grandes mayorías nacionales se agolpen en todos los rincones del país para disfrutar las tradicionales fiestas. Claro, ¡celebrar y gozar hasta donde se pueda!
Mientras esperamos el inicio de las fiestas navideñas, las cúpulas de los principales partidos (Partido Revolucionario Moderno, Fuerza del Pueblo y Partido de la Liberación Dominicana) deben ir preparando sus agendas para ponerlas a funcionar. Que comiencen en el primer trimestre del próximo año.
Dentro de esos programas electorales -es obvio- deben estar en sus programas las reales condiciones para lidiar con miras a candidaturas presidenciales.
Este artículo, porque es extemporáneo, no entra en el análisis respecto a qué partido -de los tres grandes: PRM, FP y PLD- tiene las mayores posibilidades de salir airoso en el venidero torneo electoral.
Lo que sí es de lugar precisar es que la batalla que protagonizarán los citados partidos para ganar las elecciones del 2028 comenzará con acentuado ánimo electoralista tras transcurrir los tres primeros meses del 2026.
¡Denlo por seguro!





