Me escribe nuevamente por email mi fiel seguidor, César de Jesús Canela, con reflexiones oportunas sobre el proceso electoral recién pasado y la resaca de algunos políticos de los que participaron en el certamen cívico. Lean ahí: “En toda sociedad democrática, cuando la gente acude a las urnas para escoger sus gobernantes, se entiende que se produce una fiesta de la democracia, si es que los sufragios se llevan a cabo con libertad y en democracia. Lo contrario ocurre aquí en el patio, donde nuestros “líderes” no terminan de comprender que liderazgo es la acción de conducir, dirigir, orientar a sus semejantes. Y si nuestros “líderes” no están preparados para acatar el veredicto de sus pares, no tienen las condiciones ni merecen el privilegio de ser líderes. Ese argumento gastado de proclamar la supuesta ocurrencia de “fraude colosal” cuando los numeritos que arrojan los votos son contrarios a nuestros deseos, luce ya infantil y hasta ridículo. Alguien dijo en medio de los recientes escarceos postelectorales que en las elecciones pasadas hubo candidatos que apenas fueron participantes, jamás competidores. Una gran verdad. Lo que pasa es que ni ellos mismos se dieron cuenta –y todavía no terminan de darse cuenta- de que carecían de condiciones para que los votantes pudieran siquiera pensar que eran opciones reales para conducir la nación por el próximo periodo constitucional. La resaca, con rabiacas y pataleos incluidos, que dejaron los sufragios en esos participantes en las elecciones, nos demuestra una vez más cuán necesario se hace que dotemos a la nación de una ley de partidos políticos, de una estructura electoral realmente moderna, que garantice la idoneidad de los candidatos así como la transparencia y pulcritud del proceso de elección. Para que no siga pasando lo que pasó ahora: que en varios niveles de elección fueron “escogidos” personajes con dudosa hoja de vida, algunos con expedientes en curso hasta en ultramar, pero que lograron ser postulados y alcanzaron posiciones en base a la premisa aquella de que papeleta mató a menudo”. No agrego ningún comentario… –
