El Estado dominicano es famoso por la lentitud de los trámites burocráticos que acompañan con frecuencia muchas de sus decisiones e iniciativas. Tal vez por eso, figuras a las que el presidente Danilo Medina personalmente les ha asegurado que están hechos los decretos designándoles en funciones diplomáticas y consulares, a la espera sólo de ciertos trámites burocráticos, confían todavía en que serán nombrados, aún cuando la espera va para largo. “Con paciencia y calma se sube un burro a una palma”, me cuentan que le han dicho a algunos de los que esperan, aunque no les completan la popular frase: “…siempre y cuando la palma se caiga”. De todas maneras, cuentan que algunos se están desesperando mientras otros, sintiéndose burlados, han manifestado en público y en privado que ya no quieren la designación. Habrá que ver…
Dolce vita
Entre los que esperan decretos hay peledeístas, perredeístas y reconversos reformistas, de esos a los que sus propios correligionarios califican de corchos, que siempre están arriba, así como uno que otro aliado de los llamados emergentes. Y no se sorprenda nadie si cuando salgan los esperados nombramientos en el servicio exterior, si es que llegan a salir, entre los beneficiarios se cuela uno que otro miembro de la farándula, de esos que autogestionan esas designaciones en las alturas, siempre con excusas como las de que “quiero ir a prepararme mejor y ya tengo cupo asegurado en tal universidad”. ¡Aaah, la dolce vita que tiene pretendientes…!
Alburquerque
Ramón Alburquerque, quien confieso que admiro después que he conocido de cerca la comunidad de Gonzalo, provincia Monte Plata, de donde proviene, es un hombre sin pelos en la lengua cuando lo cuquean. De eso no hay dudas. Su reciente match vía Twitter con mi colega y gran amigo Juan TH así lo evidencia. Todo a causa del caso Odebrecht. ¡Huuum…!