Estoy seguro que éste escrito será motivo de críticas y comentarios negativos a mi persona, pero me voy a tomar la libertad de decir lo que siento, aun me gane el desprecio de muchos sectores de la sociedad riosanjuanense. Y les juro ante Dios, que ojalá el tiempo me demuestre que estoy equivocado, y de no estarlo, espero que las nuevas generaciones tomen en cuenta mis palabras.
Desde que tengo uso de razón no he visto a mi pueblo ponerse de acuerdo en nada, todo es la contradicción, aún se favorezca la mayoría. En Río San Juan hay personas que se oponen a todo, tan solo porque llevar lo contrario les da vigencia, los hace sentir importantes; y lo peor de todo es que esos recalcitrantes tienen seguidores.
Recientemente inicié la motivación para la creación de la Asociación de Profesionales de Río San Juan (APRODERIO), lo que fue acogido con un gran entusiasmo. Pero como por arte de magia, ese entusiasmo cae estrepitosamente y surge de forma paralela un tal consejo o patronato de desarrollo de Río San Juan, y fue tan notorio que era para bloquear a APRODERIO, que ni participación me dieron en el mismo.
No estoy en contra de la creación de consejos o patronatos, pues la idea central era que APRODERIO agrupara a todas las agrupaciones existentes y las que pudieran surgir y así tener una sola voz representada en APRODERIO. Bien recuerdo que se acercaron a mí personas no egresados universitarios, quejándose de que ellos eran mucho más pensantes que muchos universitarios y que esa asociación lo que vendría era a dividir y no a unir.
Puse como ejemplo varias asociaciones de otros pueblos, que han sido y son exitosas para el bienestar de la sociedad civil de sus comunidades. Pero es tan grande la limitación existente en mi pueblo que hubo personas que me reclamaron por yo poner de ejemplo otras comunidades, “porque Río San Juan no necesita de ejemplo a ninguna otra comunidad”. Hasta tomar de ejemplo otros pueblos, molesta en Río San Juan.
Recientemente el presidente estuvo en el municipio y hubo varias promesas, ninguna ni siquiera se han iniciado y no culpo a la Presidencia, sino a la falta de representación que tiene nuestro pueblo. Los que pueden están mudos y los que lo intentan, o no tienen la capacidad y si la tienen los bloquean.
Lo lamentable es que las fuerzas se agotan y los que hemos tenido las buenas intenciones y trayectorias de servicios probadas, nos cansamos.
Jóvenes, tomen el mando de su pueblo a como dé lugar y borren esa cultura de desunión que sin duda alguna caracteriza a nuestro dormido y hundido Río San Juan.
Hasta cuándo riosanjuanenses?