La delincuencia rebota cada día más fuerte y más cerca de nosotros.
La delincuencia en Río San Juan está desbordada.
Hay zonas dentro del pueblo que las perdimos, porque la delincuencia ha impuesto su ley, dejando al desnudo la inoperancia de nuestras autoridades, quienes se han quemado en materia de seguridad.
Nos han dejado sin protección.
Somos un pueblo de gente decente y trabajadora, que hoy nos sentimos acorralados por los delincuentes.
No podemos seguir permitiendo esta inseguridad.
La delincuencia nos arropa y controla varios sectores, donde impone su ley en perjuicio de muchas familias honestas y trabajadoras.
A diario, un grupo de antisociales mantiene a todo un pueblo en zozobra, y los que están para mantener la ley y orden no son capaces de garantizar seguridad al pueblo, ni dentro de sus propias casas.
Dentro de la ley y estado de derecho, las autoridades no pueden seguir permitiendo tanta inseguridad, en un pueblo pequeño y que hasta hace poco era tranquilo.
Es muy cierto que las autoridades no crearon la delincuencia, pero tienen la obligación de enfrentarla.
Tienen la obligación de garantizar seguridad a la gente.
Tienen la obligación de garantizar a la ciudadanía tranquilidad y poder caminar por las calles con seguridad y libertad.