Comenzando las vacaciones de 1954, teniendo el que estas notas escribe 9 años de edad, mi padre cumplió la promesa de llevarme a conocer a Puerto Plata, motivo de gran alegría para un niño que lo más lejos que había viajado era a Cabrera.
Hago esta reseña, para que se entienda como se salía o entraba a Río San Juan antes de que construyeran la carretera.
El transporte comercial se hacia por barco desde o hacia Puerto Plata, pero el traslado de personas se hacía a caballo.
Salimos ese día de verano a las 5 de la mañana, papa montado en su yegua y yo en el anca sosteniendo un pequeño bulto de tela donde llevábamos un par de mudas de ropa.
Antes del amanecer llegamos a la boca del río, procediendo mi padre a llamar al barquero de nombre Ramoncito Agramonte, hermano de Domingo y Carlito y tío del buen amigo Próspero Agramante, para que nos pasara en la barca al otro lado del río. Recuerdo el costo del pasaje que era de 5 centavos por persona.
Ya del otro lado del rio, reiniciamos la marcha por la senda que nos llevo sucesivamente a Caño Claro, donde el río se cruzaba por un puente de madera.
Seguimos el camino y llegamos a Magante donde no había puente para cruzar el Rio Piedra, pero nos adentramos hacia el mar donde era menos profundo. Pasamos frente al cementerio de Magante que estaba un poco antes de lo que hoy se llama playa Rogelio; llegamos al caserío de Magante donde se destacaba un caserón de madera montado en pilotillos, que era la casa donde nacieron y crecieron los Balbuena Sánchez, pero para esa época estaba deshabitada, porque desde 1944 Don Miguel Balbuena y su esposa María se habían mudado a Río San Juan.
De Magante continuamos hasta llegar a La Ermita, pasando frente a la casa de los Pappaterra y continuamos hasta cruzar el rio Jova, que no tenia puente y lo vadeamos en su desembocadura.
Llegamos a Gaspar Hernández (en esa época llamado Jova) a las 11:00 am donde papa encargó el cuido de la yegua con un señor que cobraba piso a 10 centavos por día. A mediodía almorzamos en el hotel de Negrita frente al parque y de allí fuimos frente al correo donde a la 1:00 pm abordamos un viejo autobús conducido por Eduardo Ortiz, padre de José Ortiz Acevedo quien fue dos veces síndico de Puerto Plata.
Esta guagua salía de Gaspar Hernández tomando el viejo camino cercano a la playa, pasando por Gem, Las Canas, La playa de Orí hasta llegar a Sabaneta de Yásica donde cruzábamos el caudaloso rio Yásica por un puente de madera cuyos bordes estaban casi a nivel del río.
De Sabaneta tomábamos el camino a orilla del mar, pasando por Islabón , Cabarete, Sosúa y Montellano hasta llegar a Puerto Plata a las 5 de la tarde.
Si analizamos los trayectos y el tiempo, podemos notar que de Río San Juan a Puerto Plata pasamos 12 horas en el camino, es decir de 5:00 am a 5:00 pm, un trayecto que hoy podemos hacer en 1 hora.
Todo cambió cuando Río San Juan fue conectado con el resto del país a través de la carretera construida por la compañía italiana Del Conte y Allasia, tema que trataremos desde su origen en la segunda parte de esta crónica.
Excelente desayuno. Ese recuento se le agradece infinitamente. Y Hoy nos quejamos .siendo millonario.
Soy un apasionado del conocimiento sobre todo cuando se trata de la historia de Río San Juan. Continúe don Cotin
Mientras iba leyendo también sudaba, de lo bien descrito que está. y muchas coincidencias con los recuentos de mi padre.
Soy hijo adoptivo de Rio San Juan y estas anécdotas me llenan de alegría al leerlas
No perdere ni un solo capitulo