Corella, España.- Los hijos de la Laguna Gri-Grí de la comunidad europea echaron a un lado la crisis económica y el mal clima del fin de semana para celebrar por todo lo alto el Tercer Encuentro de los Riosanjuaneros residentes en España.
Más de 400 personas procedentes de ciudades como Lanzarote, Zaragoza, Ibiza, Segovia, Burgos, León, Cadiz, Andorra, Vitoria, Lloret de Mar, Soria, Madrid, Figueres, Málaga, Mondragón, Zumarraga, Tudela, Barcelona, La Seu Durgel, Bergara y hasta de Inglaterra llegaron para la celebración en Corella. Desde Río San Juan llegó Luis Hernández, a quien estaba dedicado el evento.
La euforia y el deseo de sentir el abrazo de sus compueblanos era evidente, y unos y otros se confundieron en una celebración que perduró por dos días.
Fue destacable la presencia desde Inglaterra del joven Alex Peña, hijo de Primitivo Peña y Lidia Gil, quien desde que se enteró de la fecha prometió asistir al evento y fue tal su gozo, que desde ya ha asegurado su presencia para el proximo año.
La fiesta comenzó con el acto de reconocimiento a Luis Hernández por sus logros y apoyo a el deporte, y al concejal de deportes de la ciudad de corella; así como también al joven Sándy Fernández, quien es parte de los organizadores de todos estos encuentros,
Fue apenas el protocolo de las celebraciones, porque después de un rico almuerzo típico de nuestro pueblo vino un encuentro de softbol donde como siempre, el equipo de Los Unidos de Corella demostró que es el trabuco de la zona.
Y es que a pesar de haberse visto amenazados por el equipo de Sandy, Juan Luis Tejada, Luis Hernáandez, Chimón Flete, Román Duarte, España, Juan Cosa Loca, Alberto Gil, Machongo, Peña, supieron poner orden y llevarse el trofeo de ganadores.
Aunque que destacar también el trabajo que hizo la barra de féminas que apoyaron a los locales, que a pesar de que los visitantes tenían algunos adeptos no fue suficiente para apacar los chirridos femeninos.
Pasa la algarabía del triunfo y la agonía de la derrota vino la noche con el momento del parradón. La cita fue en el Bar El Cairo, donde una gran delegación disfrutó hasta cortarse las venas de las canciones y la voz del hijo de Río San Juan, Arismendy Paca, quien entre gritos y aplausos hizo que a todos los presentes le llegara la madrugada sin calcular el tiempo.
La bebentina no paró y al día siguiente la cita obligatoria era en el bar de Roberto, donde los más beodos hicieron estómagos a base de frías y vinos para luego entrarle a un rico sancocho.
Pero como no sabemos quién tuvo la maldita ocurrencia de decidir que los momentos de fiestas deben ser cortos, entrando la tarde llegó la hora de la despedida, y entre nostalgia y lagrimas, todos se fueron marchando. Unos hacia sus respectivos hogares cercanos mientras otro empredieron un largo viaje de regreso a su pueblo, no sin antes prometer volver a juntarse el próximo año.