Diógenes Céspedes, excelente dominicanólogo, sabe bien, como lo explica, que el “na e
na” que he expuesto como señal inequívoca e inimitable de nuestra idiosincrasia, tiene una
lógica réplica que, igual que aquella, bien pudo figurar en el manifiesto fundacional de la
Trinitaria: “to e to”, talvez insertado por Juan Pablo Duarte como aspiración fundamental
de nuestra Independencia (to e to… to e to… to e to, sin concederles ni un chin a los
haitianos). Lamentablemente ambos inventos verbales fueron asumidos por los tiranos que
hicieron de esta patria una vulgar propiedad privada: “to e to” para ellos, “na e na” para el
pueblo.
