Se hizo, a la fuerza, dueño y señor del Estado Dominicano en todas sus instituciones; se
hizo, a la fuerza, dueño y señor de casi toda la riqueza del país; se hizo, a la fuerza, dueño
de la vida de cada dominicano; se hizo, a la fuerza, dueño de todos los sueños futuristas, a
su muy exclusiva conveniencia; se hizo, a la fuerza, centro de atención diaria de toda la
ciudadanía subyugada; se hizo, a la fuerza, líder absoluto de una finca constitucionalizada
de su exclusiva propiedad; se hizo, a la fuerza, pues, amo y señor de este país e islas
adyacentes…(Por todo eso, Rafael Leónidas Trujillo Molina se ganó, también a la fuerza,
aquel histórico 30 de mayo).
