Estar dentro del 1.3% de la población mundial, es realmente impresionante, sin importar de que se trate. Eso es tan difícil como ganarse una tripleta de la loto.
La población mundial en el 2020 registra 7,625 millones de habitantes y si usted ha sido seleccionado por el COVI-19 para formar parte de los 100 millones de infectados considérese una persona afortunada ¿Se imaginan la suerte que hay que tener para lograr esa proeza de ser parte del 1,3% de la población que habita la tierra?
Lo raro del caso es que hay tanta gente alrededor de nosotros que ha salido premiada que por lógica y con mi formación estadística, nada de lo que dicen las autoridades me cuadra. Simplemente, hago cálculos y cálculos y no me cuadra. Es algo así como los votos que a ultima hora se le sumaron a Gonzalo Castillo para derrotar a Leonel Fernández en las primarias del PLD. Incuadrables.
Veamos este ejemplo. Mi familia es corta. Tres hijos que viven con sus parejas y que tienen a su vez 6 hijos que son nuestros nietos. Sumándolos a todos somos en total 14 personas. De esas 14 hay 5 que han contraído el virus. Increíble, el 34.8% de nuestra familia ha sido infectada.
La posibilidad de que eso suceda es tan remota (0,0000000000001%), considerando que somos parte de los 7,625 millones de habitantes que tiene la tierra, que nos pone a pensar que este virus esta predispuesto contra ciertas personas y a otras ni caso les hace. No hay otra explicación.
Nuestra familia no es la excepción. En todas las que conozco sucede más o menos lo mismo con situaciones extremas donde la mitad de sus miembros se han infectado.
Pero no seamos obtusos. Y mucho menos idiotas. El problema no está en las preferencias del virus. Esta en las estadísticas.
¿Cree usted de verdad que en el mundo hay 100 millones de personas que se han infectado del coronavirus? Totalmente falso.
Para que estos porcentajes tengan coherencia y usted no se vanaglorie de ser parte del 1.3% de la población mundial ni que el 34% de su familia haya tenido COVID, la única verdad es que los infectados deben andar en alrededor del 10% de la población.
O sea, unos 760 millones de habitantes se han infectado del COVID-19, de los cuales la mitad, 350 millones, pueden haber sido asintomático, otros 200 millones con síntomas leves que no se molestaron en hacerse las pruebas, y el resto, unos 110 millones, simplemente no son registrados por razones políticas o por sistema estadísticos muy malos. Los 100 millones que quedan son los registrados.
Todos ellos pueden contagiar a otras personas.
¿Cree usted que en Haití hay 10 mil casos con 236 muertos? Ni la OPS se lo cree.
Vean a África central. El COVID casi es inexistente en la mayoría de los países. ¿Casualidad? No, ya que muchos de ellos están en guerra o en crisis políticas y sus instituciones no tienen capacidad de registrar nada. ¿Cree usted que en China solo se infectaron 90 mil personas? Esa cifra puede superar los 10 millones. Pero China jamás lo aceptara, aunque lo sabe. Y como los asintomáticos no constituyen un problema, simplemente lo sacan de los registros.
Así todo cambia. Si usted se ha contagiado del COVID entonces estará entre el 10% de la población infectada y no entre el 1.3%.
Nada de esto es demostrable pero tampoco las cifras que nos suministran las autoridades son creíbles. No tienen ninguna lógica y estadísticamente son insostenibles. Ni una ni otra porque ese número que nos interesa a todos es simplemente desconocido. Imposible de determinar con certeza.
Solo piense en esto. La influenza (gripe) mata cada año entre 400 mil y 650 mil personas algo menos de la tercera parte de lo que ha matado el COVID-19, que ya suma unos 2 millones de fallecimiento. Pero ese COVID tiene al mundo de rodillas lo que no es de ninguna manera razonable con las cifras que se publican.
Mi estimado es que se infectaran entre 1,000 y 1,500 millones de personas en el mundo antes de que el virus sea controlado (porque nunca desaparecerá), 70% de ellos asintomáticos o con síntomas muy parecidos a un resfriado común, que nunca serán registrados en las estadísticas de la OMS.
