Debo confesar que tengo muchas horas tratando de entender como en un lugar
solemne como es el Congreso Nacional pudimos observar un acontecimiento sin
precedentes en los anales de nuestra historia democrática.
Un grupo de diputados del PLD haciendo causa común con
diputados del PRM y sobre todo con un legislador del PRSC, cuyo historial ha
sido de un accionar caracterizado por dislates emocionales, violencia
incontenible y agresión sistemática hacia nuestro Gobierno, Presidente y
nuestro Partido.
Las protestas, denuncias y movilizaciones son parte del juego democrático, aún frente al Congreso Nacional, lo cual es entendible y aceptable, pero ver legisladores integrándose a esas protestas, con consignas y discursos, es algo que habrá que consultarlo con el psiquiatra Viktor Frankl, para que le busque el sentido que eso puede tener.
Jamás podemos olvidarnos, por más obnubilado que podamos estar, que el PLD
es nuestro partido y que el gobierno de Danilo Medina es de los peledeístas.
Al final, esos que coyunturalmente podamos coincidir serán nuestros
adversarios y detractores en el proceso electoral del 2020, sin importar quién
sea el candidato del PLD.
Un partido fuerte, un gobierno sólido y un presidente bien valorado,
son las garantías de triunfo del 2020.
Jamás nos inclinemos por una flor si esto nos lleva a perder el jardín.



