"Mientras el león pelea, el zorro hace negocios".
Frase popular.
La más grande y hermosa de las almejas que habitaban un amplio espacio del océano, decidió con mucha soberbia y arrogancia, salir del mar a tomar un poco de sol, a pesar de los peligros que eso implicaba. Al recorrer un largo trayecto, abrió su concha y en ese instante se olvidó del mundo.
Un ave de las que se alimentan de pescado y especies del mar, con su largo pico y una malicia que da la experiencia, desde cierta distancia observaba a la almeja y al verla tan distraída, decide ir en su caza. Al llegar donde estaba la relajada almeja, se acerca y antes de que esta reaccione, introduce al pico en su concha, con la idea de disfrutar de un delicioso manjar.
La almeja que era muy grande y fuerte, antes de que el ave logre su objetivo, cierra la concha y el pico queda atrapado dentro de ella. En ese escenario, el ave pescadora, queriendo mostrar su fortaleza, con mucha calma le dice a la almeja, que lo mejor es que abra la concha, ya que no tenía prisa y que el mar duraría mucho para subir donde ellos estaban, por lo que el sol la secaría y inminentemente moriría.
La almeja, tratando de mostrar su orgullo y seguridad, le responde que ella no tenía ninguna prisa, por lo que podría durar 24 horas sin abrir la concha y que en ese tiempo él moriría de hambre. Desde ese momento la dispuesta se convirtió en algo personal, el ego tomó el control de la situación y así empezó a pasar el tiempo, sin que ninguno cediera para llegar a algún acuerdo que salvase a ambos.
Mientras la confrontación continuaba, los dos contrincantes se mantenían firmes y el ego aumentaba. Mejor morir que ceder pensaban los dos. En Ese momento pasa un bañista por el lugar, se acerca al lugar del combate, toma al ave y la almeja, lo entra en un pequeño bolso que llevaba y al llegar a su destino, disfruta de una deliciosa cena de carne de ave con masa de almeja.
ENSEÑANZA:
Este relato nos muestra como el ego puede conducir las cosas, al convertir cualquier disputa en algo personal, obviando las posibilidades y alternativas que se podrían lograr, si se observara desde otra visión. Cuando se actúa desde la soberbia, podemos permitir que un tercero se aproveche de la circunstancia, para salir beneficiado, por la terquedad ególatra de los contrincantes.
De aquí la importancia de actuar en la vida con humildad y prudencia, teniendo la capacidad de ceder, no solo para no salir perjudicado, sino para no perjudicar a otros, que han depositado su confianza en el ser humano, no en su ego.
En concusión, podemos decir que cuando el ego predomina, los resultados siempre serán el fracaso y la incertidumbre. Y que por lo general ante una disputa irracional, un tercero es quien sale beneficiado.