Una persona a la que aprecio y quiero mucho me ha hecho llegar por whatsapp la silueta de una figura humana escalando los difíciles acantilados de una montaña, adornada con esta frase: “A veces la vida te pone a prueba para ver si eres lo suficientemente fuerte para seguir adelante”. Cuán cierto es el contenido de este mensaje. También, por aquí, por el patio, nuestra gente suele decir que “los tropezones hacen levantar los pies”, una forma de la sabiduría popular de expresar aliento a quienes podrían caer si, presas de las debilidades del espíritu, son vencidos por las intrigas y maniobras de los sin brillo propio e ignorantes, aunque generalmente osados y afrentosos. El mensaje del whatsapp que he recibido fortalece mi profunda convicción de apego al trabajo y la responsabilidad. Que Dios bendiga a todos aquellos que me aprecian …y a los que no me aprecian también…
Crónica rosa
Dicen algunos teóricos que uno de los más dañinos efectos de la globalización se refleja en la disolución progresiva de la familia y en la pérdida de los valores humanos esenciales, lo que ha hecho que veamos como algo natural que en matrimonios de muy feliz apariencia surja, en su momento, la figura indeseada del divorcio, separación a veces traumática cuando hay una descendencia ajena a las veleidades humanas que es blanco directo de la onda expansiva que produce la rotura del vínculo de la pareja. Este comentario viene a colación al enterarme oficiosamente sobre los supuestos aprestos de divorcio en que están figuras importantes de nuestro quehacer político, con cuyas parejas han constituido “one-two” de muy feliz apariencia a lo externo. Mis colegas de la crónica rosa, para quienes acontecimientos de este tipo y que involucren a figuras relevantes son insumos obligados, parece que están a las puertas de darse banquete cuando se hagan públicos los detalles de estas separaciones, algunas de las cuales implican también división de bienes. ¡¿Qué cosa? ¿Eeeh…?!