
Doña Teresa demostró que a los 100 años todavía se puede. Sin ayuda, y con toda la energíade una quinceañera, partió su bizcocho por el mismo centro.
Río San Juan.- A sus 100 años, doña Teresa Surin Corniel de Lantigua, conserva un espíritu de celebración que ha transmitido a sus hijos, nietos y bisnietos, quienes optaron por celebrarle su siglo de vida con bizcocho y todo.
El Día de los Fieles Difuntos no fue obstáculo para que la dama escuchara “al pie del cañón”, el cumpleaños feliz de sus 100 años, “y no precisamente de soledad”, sino acompañada de los 16 hijos, 80 nietos, 40 bisnietos y 10 tataranietos que salieron producto de su matrimonio con Ramón Lantigua, el cual contrajo en 1937.
Nacida en 1910 en la comunidad de Joba Arriba, en Gaspar Hernández, Doña Teresa tiene muchas viviencias que contar. Llegó a Río San Juan en 1992, específicamente al barrio de Acapulco, y desde entonces se ha eregido como una las damas de oración de la parroquia San Juan Bautista. Con plena lucidez recuerda aquellos tiempos en el que el entonces síndico de este municipio, Frnacisco Duarte, la mandaba a buscar para que fuera la encargada de dar las oraciones en los eventos que realizaba el cabildo.
Hasta tuvo tiempo para, a la hora de partir el bizcocho por el mismo centro de los 100 años, enviar una mensaje a los jóvenes de hoy: “Que se preparen y estudien mucho, ya que los analfabetos no llegan a ningún lado. Y aléjense de los malos vicios”, dijo al pedir un deseo cuchillo en manos para repartir el bizcocho.
El jolgorio inició en horas de la tarde y todavía entrada la noche la doña, quien se define seguidora del presidente Leonel Fernández, celebrara junto a los suyos en su vivienda de Acapulco.