SANTO DOMINGO.- Víctor Méndez Capellán representa uno de esos casos en los cuales la proyección formulada sobre la base al contexto situacional fracasa y es suplantada por un florido desenlace.
Nacido en el municipio de Salcedo en 1928, al joven Víctor se le presentaron todas las condiciones para abandonarse al anonimato o si acaso lograr convertirse con el tiempo, en un número de cédula.
De sus primeros años de vida, Capellán enfoca la ausencia de sus padres habiendo quedado huérfano luego de cumplir los siete.
Sin embargo, y pese a no contar con una figura modeladora, se decidió por trabajar en una casa de familia donde devengaba siete centavos.
Se recuerda a sí mismo trabajando en el día y completando las asignaciones escolares por la noche, así como caminando descalzo diariamente cinco kilómetros de ida y vuelta para ir a la escuela.






