Deportista, simpático, labioso, poderoso y carismático, Vladimir Putin debería vender su imagen en la red Tinder porque tiene la capacidad de engañar al mejor psicólogo del mundo. Es un estafador nato.
Se burlaban de Biden y de los europeos cuando aseguraban que la invasión rusa a Ucrania era inevitable mientras Putin rechazaba esa versión una docena de veces al día en los ultimo dos meses.
Pero los servicios de inteligencia occidental ya sabían el plan de Putin, que consistía en usar a los rebeldes pro-rusos del este de Ucrania como la excusa para apoyar una supuesta declaración de independencia de dos provincias (Donetsk y Lugansk) y defenderlos ante cualquier agresión. De hecho, ya los tanques rusos están entrando en esos territorios.
Con ese reconocimiento, le declaro la guerra a Ucrania que no puede aceptar esa independencia sin luchar hasta la muerte para mantener esas provincias bajo su control. Pero con Rusia tienen todas las de perder.
Pedacito a pedacito Rusia se apropia de Ucrania, ya que 7 años antes invadió Crimea para defender los intereses rusos, como muchas veces hizo Estados Unidos en nuestra región. Pero en Bielorrusia sucede lo mismo donde Rusia ha aumentado su poderío militar para sostener a un gobierno dictatorial que es rechazado por la mayoría del pueblo. Y en Latinoamérica, su apoyo a Cuba, Venezuela y Nicaragua son una muestra de la mentalidad de Putin. Es adicto a los gobiernos totalitarios.
El mundo se estremecerá con la guerra que se avecina, el petróleo subirá a niveles nunca visto en la historia y los mercados financiaros quedaran expuesto a una crisis sin precedente si el conflicto se internacionaliza. Las sanciones que le esperan a Rusia tendrán un impacto en la economía mundial comenzando por la suspensión por parte de Alemania de los suministros de petróleo ruso a través de oleoducto Nord Stream 2, que ha costado más de 11 mil millones de dólares.
El egocentrismo y la obsesión por el poder hacen de Putin un hombre sumamente peligroso que tiene a mucha gente engañada y confundida con sus imágenes de gran deportista, amigable con los niños, a veces chistoso y proyectando un carisma de hombre fuerte y decidido, con un dominio absoluto de todos los estamentos del estado ruso.
Resulta que ahora la situación mundial se encuentra en un estado de alerta mucho mayor que en la guerra fría después de los misiles en Cuba.
Hay que cerrarle el paso a Putin a como de lugar. Debilitar la economía rusa hasta donde se a posible y cortar toda financiación a sus empresas o gobierno.
Después de Ucrania y Bielorrusia vendrán otras exrepúblicas soviéticas para restablecer el poderío ruso del pasado, que se derrumbó por su incompetencia, falta de libertad e ineficiencia económica. No podían producir ni una nevera que funcionara bien y hoy tampoco la producen, aunque fabrican los aviones, misiles, submarinos y tanques más avanzados del mundo.