Los encuestólogos que se prestaron para presentar sondeos de gabinete que daban numeritos acomodados, deben buscar bien dónde meter la cara ahora, después que el soberano emitió su veredicto. Y es bueno que esos casos se archiven para el futuro, porque aquí hay mucha gente que olvida. Así mismito…
Indagatorias
La renuncia en masa de los auxiliares técnicos de los colegios electorales, apenas a unas cuantas horas de los comicios, no se va a quedar así. Al igual que el caso del vuelo rasante de la avioneta sobre el Palacio Nacional, las pesquisas sobre esas extrañas y coincidentes dimisiones están a cargo de sabuesos investigadores de los organismos de seguridad del Estado, que pasada la euforia de los sufragios escarbarán hasta encontrar. En ambos casos, me adelantó una de mis fuentes, se aplicará la ley con toda drasticidad “porque es evidente que aunque quizás estos hechos no estén conectados, ambos perseguían perturbar el ambiente”. Así que después no digan…
Sorpresas
Como para confirmar la regla de las excepciones, hubo algunas sorpresas en los resultados de las elecciones recién pasadas, por lo menos en los niveles legislativo y municipal. La mayor presea de las sorpresas se la lleva David Collado, receptor del voto hasta de muchos peledeístas, a quienes la candidatura por la reelección del alcalde Roberto Salcedo nunca les generó entusiasmo, y mucho menos adhesión. Roberto arrastró el desgaste de una gestión ya prolongada, agregada a su alejamiento de las bases partidarias, en temporada de reflujo electoral, para que los capitaleños se decidieran a respaldar a Collado, figura joven, fresca, y que aunque carece del carisma que se requiere para forjar un liderazgo fuerte, hizo una campaña corta, positiva y sin descalificaciones personales. En las provincias y municipios también hubo sorpresas, como en San José de Ocoa, Samaná y Dajabón, entre otros puntos. Buena lección para unos cuantos… –