No hay policía en el mundo (incluyendo hasta la del Vaticano) que no se maneje con un
mayor o menor grado de corrupción, desde el raso más humilde hasta el general más
encumbrado. La Policía Nacional dominicana no es una excepción. Lo sabemos desde que
los agentes policiales de la recién nacida República les pedían a los infractores de la ley
algo para su macuto (de ahí lo del “macuteo”, que sigue como el primer día)…Por eso me
asombra que al emprender la reforma policial el Gobierno haya definido casi todo, desde el
nuevo uniforme hasta la formación académica de los agentes…(Pero no expone lo que
haría contra la corrupción).
¿Y de la corrupción policial qué?
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