¡Le llaman!, fue la melodía que escuché señalándome que contestara al teléfono. La llamada fue agradable con mucha cortesía, yo por mi parte me sentí alagado e importante, por lo que contesté con afirmaciones. Daysi Nicolás que era la persona con quien hablaba se despidió diciéndome Contamos con usted, por lo que pase por aquí para que nos pongamos de acuerdo usted sabe que el evento empieza mañana. Yo no reparé en pensar porqué tan tarde pedirme eso, lo que atiné fue a decir en un susurro ¿conducir Carnavarengue?.
Dos horas después al concluir mi trabajo en la oficina, me dirigí a la oficina de turismo como se le decía en ese entonces, a la Subsecretaria de Estado de Turismos que dirigía el Señor Miguel David Falette. Después del intercambio de algunas ideas se me entregó el programa para el primer día del evento, yo sería el conductor para ese día, acepté gustoso. Sin embargo unas palabras que surgieron después me hicieron tragar seco e impotente. “solo es por el día de mañana porque vienen unos presentadores para el evento”.
Esto me dolió, honestamente me dolió, no porque sería un día, sino porque yo sería un presentador por necesidad o por obligación porque a quien querían no podía. .
Me alejé sin pronunciar palabras, ya la herida estaba hecha y yo estaba sangrando en silencio. Al día siguiente llegó la hora del evento, yo estaba nervioso, me había preparado sobre todo lo que significaba el evento. De hecho, ya conocía del mismo pues unos meses antes fui el maestro de ceremonia con la compañía de Yudith Marcela Alonzo en el certamen Miss Carnavarengue.
Cuando subí a tarima me sentí chiquitico, nunca había conducido una ceremonia delante de tanta gente, y sobre todo tantas autoridades y personalidades distinguidas y desconocidas, pero bueno, cuando afinamos el micrófono y me escuché tan potente y agradable, desde una tarima sobre el agua en un evento tan grandioso, el miedo se me pasmó y me olvidé que era yo.
Después de la ceremonia de rigor presenté la primera participación artística, bajé a la escalinata de acceso desde tierra a la tarima, el equipo coordinador me abrazó y me felicitó, me sentí bien porque entendí que yo era una prueba que había superado las expectativas generadas, sí, eso me dio mucho ánimo, pero más aún contar con Daysi Nicolás detrás de cámara como se dice en el argot televisivo, todo era perfectamente bien sincronizado, presentación, participación y tiempo cronometrado, el evento se agilizaba de manera dinámica y en perfecto orden, la algarabía extraordinaria de un público que transmitía su sensación de bienestar y unas presentaciones artísticas extasiadas sobre el agua de una laguna transparente con millares de lizas que parecían danzar al compás de los instrumentos musicales, ahí nació en una noche de luna clara la mescla simbiótica de Carval-Mar-Merengue. El evento siguió con todo su esplendor, fue una noche inolvidable, grandiosa.
A las diez y unos minutos de la mañana del día siguiente, viernes, Daysi me llama y me dice que si yo podía conducir esa otra noche, le respondí con evasiva pues entendía que ese día llegaban “unos reconocidos presentadores”, Ella quizás percibiendo mi porqué asedió de inmediato a decir “usted lo hizo muy bien” yo entiendo que puede hacerlo otra vez, le respondí si pero ese no es un evento para conducir uno solo hay que hablar demasiado, además hay que ser dinámico y yo no tengo ese arte, yo prefiero las maestrías de ceremonia que no son festivas, de inmediato me respondió “Chicho Reinoso le va a acompañar”,…. y acepte. y así fue, el sábado me acompañó Chicho Tejada y el Domingo Yudith y Tejada de nuevo. Lo cierto es que los “famosos presentadores no vinieron”.
Las felicitaciones llovían, honestamente y sin vanagloria me sentía bien, imagínense si en el país de los ciego un tuerto gobierna. Eso le convino al comité del evento, porque no tuvo que pagar por la conducción del mismo y en términos justos quedó el precedente de que se puede hacer cualquier evento con presentadores Made in Río San Juan.
El año siguiente, la historia se repitió, “los famosos presentadores dejaron esperando al comité”. Yo por humildad y por gusto acepté de nuevo, y lo grandioso fue que solo conducimos el evento durante las cuatro noches Jeremías Padilla y Yo. Sin lugar a duda (con el perdón de los otros) fue la mejor conducción que en su historia ha tenido Carnavarengue.
Por lo tanto, debemos agradecer a esos presentadores que dejaron al comité esperando. Porque el miedo no solo yo lo controlé sino también muchos colegas que con miedo al miedo siempre que se le invitaba decían que no, sin embargo el precedente era que “si Tony Eusebio que es timidísimo conduce ese evento porque yo no”, esta frase es de un colega que por razones honestas omito su nombre.
El resto de la historia ya es conocido, conducía una o dos noches, especialmente la de los sábados, hasta que logré evadir volver a conducir dicho evento, porque realmente para animador de fiestas no soy bueno. Creo que lo que me animaba a participar es el estar rodeado de tanta gente buena y el aprecio que me manifestaban.
Tuve el honor de compartir escenario además de los antes mencionados, con Willy García, Willy Rodríguez, Yinmy Javier, Tony Ciprián, Antia Martínez, Bianca Abreu, etc. Y para aquellos que llevan anotaciones quiero que sepan que si alguien les dice que he sido bueno como maestro de ceremonia, díganle que no, lo que he tenido en esos momentos es personas que han estado detrás pendiente de lo que debo hacer, lo demás ha sido improvisado, me encanta improvisar sobre un programa dado a tiempo.