Hoy el Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del mundo controla el 30 por ciento de Producto Bruto Interno (PBI) mundial;
las economías emergentes del BRICS, controlan 32 por ciento.
BRICS controla el 47 por ciento del petróleo mundial. Unos 15 países solicitaron ingresar al BRICS, que se reúne este martes 14, ahí decidirán cuándo lanzarán su moneda, respaldada en oro, minerales, petróleo y otros bienes.
Esa moneda es una amenaza directa a la supremacía del dólar. El poder económico y político estadounidense, dependen del dólar y su fortaleza mundial.
El miércoles podemos amanecer con nuevos jefes financieros, los poderosos de hoy
serían menos poderosos el jueves. Con una inflación rampante, deuda asfixiante y moneda decadente, el futuro estadounidense luce mal.
Si BRICS lanza su moneda antes de las elecciones, millones de dólares retornarán al país, empeorando la inflación, no habrá reelección.
Hace poco el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la situación fiscal estadounidense era “insostenible” debido a su creciente deuda externa y el gasto público.
El FMI dice que el colapso del dólar es por las sanciones impuestas por Washington, (solo Rusia tiene unas 1,6000) los países compran oro para cuidarse.
El G7 tiene unos 800 millones de habitantes mientras que BRICS son 3.300 millones. El mercado pesa porque son muchos consumidores, quienes energía y población para crear riquezas, los países de BRICS tienen la gran ventaja.
Entre Rusia y China, dos socios principales del BRICS, se conducen negocios por unos $270 mil millones, en sus propias monedas, no usan el dólar. Ahora la India y Nigeria hicieron un pacto para negociar en sus propias monedas, sin usar el dólar.
Ciertamente el dólar no se desplomará de la noche a la mañana, diariamente aumentan más las señales de que esa es una tendencia hasta ahora indetenible.