Cuando, en pleno leonelato, Gustavo Montalvo renunció irrevocablemente a los cargos que ocupaba en Pro-Reforma, Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción y Consejo Nacional de Competitividad, lo hizo “por estar en desacuerdo con decisiones presidenciales que, a mi juicio, vulneran la institucionalidad y principios innegociables”. Y pidió “seguir luchando por un mejor país, donde imperen la institucionalidad, los principios y los valores democráticos”. Por eso Montalvo volvió al poder. (Si Danilo acepta el chantaje de la derecha leonelista y quita a ese nombre, pasaría a la historia como otro muñequito de papel).