El anuncio de la clausura de la banda de música del municipio de Río San Juan es un tópico que no debemos pasar por alto. Las soterradas maquinaciones que conllevaron a este descalabro es meritoria de analizarse en su verdadero contexto socio-político y cultural.
Cuando en el 2008 el Ministerio de Cultura, a través del programa “Escuelas Libres”, creó la banda de música de este municipio, aprovechando la donación de 34 instrumentos de la periodista suiza Cornelia Diethelm y el artista Ueli Naussgaumer, eufórica, la comunidad riosanjuanera llenó de aplausos la Laguna Gri-Grí, testigo del gesto filantrópico.
Inmediatamente, la institución comenzó a formar nuevos músicos y a desarrollar artísticamente a los niños y jóvenes de esta localidad. En cuestión de meses la banda presentó su primer concierto ante la comunidad y la presencia de Cornelia y Ueli, quienes quedaron sorprendidos por el progreso mostrado por los jóvenes.
Hasta aquí toda iba bien. Pero las Escuelas Libres y su banda de música era un proyecto del Ministerio de Cultura, idea del gobernante Partido de la Liberación Dominicana –PLD-, por lo que desde su fundación las autoridades municipales, afiliadas al opositor Partido Revolucionario Dominicano –PRD-, no mostraron ningún interés en la iniciativa.
Más, la lucha interna entre facciones dentro del mismo partido gobernante comenzó el 29 de julio del 2010 a dar su primera estocada al programa, con la destitución de Tony Eusebio, director de las Escuelas Libres en el municipio, y en su lugar fue nombrado su subalterno, el profesor Oscar Arístides Heredia, quien hasta entonces era sólo el director de la banda de música. A Eusebio no le perdonaron que apoyara la candidatura a la alcaldía municipal del empresario turístico Félix Silverio.
El posterior cambio de mandato presidencial, y consigo el Ministro de Cultura, fue desastroso para el proyecto. La cúpula del PLD en el municipio perdió protagonismo e interés en defender las Escuelas Libres, dejándolas a la deriva, sin un padrino que hable por ellas. Consecuentemente llegó la destitución del profesor Heredia y el posterior desmembramiento de la agrupación. Al Ministerio de Cultura le importó un “carajo” la banda de música de Río San Juan, un municipio al otro lado de la isla.
Se ha alegado que el éxodo de los músicos hacia la capital impedía que siguiera funcionando, pero, la banda de música está para formar nuevos talentos, formémoslos!!
Hay un punto que debemos incluir en este análisis: La sociedad riosanjuanera.
La sociedad riosanjuanera fue silente, apática con la banda de música de las Escuela Libres. Su distanciamiento es imperdonable. Solo culpar del cierre de la banda de música de Río San Juan a los políticos municipales del partido gobernante y a las autoridades de la Alcaldía Municipal sería una injusticia.
No, la sociedad riosanjuanera en su conjunto tiene su cuota de responsabilidad en esta debacle. No importa si más, igual o menos. Da lo mismo.
Toda la sociedad debió aglutinarse y crear programas para el manteniendo y soporte de esta institución. Profesionales, profesores, estudiantes, empresarios, todos, unidos por una misma causa. Se olvidaron que las bandas de música municipales subsisten además del apoyo de la sociedad, y como ha pasado con un sinnúmero de proyectos, la sociedad riosanjuanera nunca brindó ese apoyo económico y moral que tanto necesitó.
Requiem por la Banda de Música de Río San Juan, una muestra de que nuestro desarrollo como pueblo está muy distante de la realidad.