"Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado"
" El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional".
BUDA.
Siddhartha Gautama, conocido como Buda, nació hace 2500 años en Lumbini, lo que hoy es Nepal. Buda no es un nombre propio, sino un título, como César o Augusto, que quiere decir "el despierto" o el " iluminado.
Siddhartha fue un príncipe, su padre deseando que lo heredara como rey, lo crío en el lujo, en una burbuja, alejado de la realidad, creyendo que con eso lo protegía del sufrimiento. Nunca observó la vejez, la enfermedad, la pobreza ni la muerte.
A los 29 años casado y con un hijo, se escapó del palacio para conocer que había en el exterior y por primera vez vio un anciano, un enfermo, un cadáver y un monje meditando. Ahí comprendió que el sufrimiento era parte inevitable de la vida, y decidió abandonar todo para buscar su causa y superación.
Durante años practicó con maestros, llevando una vida de severa austeridad, comprendiendo al final que la vida no era el lujo pero tampoco el sacrificio extremo (ascetismo), lo que conducían a la vedad, optando por el camino medio, que es el equilibrio entre el placer y la mortificación.
En una ocasión se sentó bajo la higuera sagrada (árbol Bidhi) en la India y prometió no levantarse hasta alcanzar la verdad. Después de una larga y profunda meditación, logró el despertar espiritual, comprendiendo las causas del sufrimiento y como liberarse de él. Duró 40 años predicando el camino hacia la liberación espiritual, muriendo a los 80 años en Kushinagar, India, rodeado de sus discípulos.
Sus enseñanzas se convirtieron en el núcleo del budismo, una de las grandes tradiciones espirituales del mundo.
ENSEÑANZA:
Para el budismo la causa del sufrimiento es el apego, por lo que establecen que a pesar de los avances y conexiones actuales, vivimos angustiados, distraídos, presos del deseo, el miedo y la ira. Corriendo de un lugar a otro buscando satisfacción, sin entender que la paz que buscamos no está afuera, sino que solo puede florecer dentro.
Buda comprendió que el sufrimiento es parte de la vida, lo que ocurre por lo que perdemos, por lo que tememos, por lo que deseamos sin alcanzar. Para Siddhartha la única salida ante esa turbulencia mental, es el despertar.
Los budistas nos enseñan que nada es permanente, que todo cambia como las estaciones, como las olas del mar, por lo que aferrarse a lo transitorio causa dolor. Entienden que para ser feliz hay que soltar, no como quien se rinde, sino como quien se libera.
Para los budistas la mente es la fuente del sufrimiento y también del gozo, por lo que consideran que no son los eventos que nos perturban, sino la reacción que tenemos ante ellos. Recomendando que hay que hay cultivar una mente serena, lo cual se logra cuando podemos observar los pensamientos como si fueran nubes que pasan.
Nos dicen los budistas que el camino del despertar comienza con el presente, viviendo el ahora, sin esperar condiciones perfectas, porque estas nunca llegarán. Exhortándonos a disfrutar cada acto sin importar lo pequeño que sea, manteniendo siempre una atención plena.
Para los budistas hay que actuar con compasión, no con juicios rápidos y opiniones que dividen, porque nadie se purifica juzgando a los demás. Para ellos el verdadero camino es el de la comprensión.
Finalmente, podemos decir que Buda nos dejó un gran legado, que nos dice que nuestra paz y tranquilidad no proviene del exterior, sino de nuestro ser interior. Por lo que ningún objeto, persona o ideología pueden darnos quietud mental, sino cultivamos la paz interior.