
Río San Juan.- Con profunda pena recibí la tarde de este lunes la noticia del fallecimiento de mi apreciada pariente Enma Alonzo, una mujer querida por todos los que tuvieron la dicha de conocerla y tratarla. Amable, afectuosa y siempre cercana, Enma fue ejemplo de madre y esposa, y su partida deja un hondo pesar en toda su familia y en quienes la estimábamos.
Para las nuevas generaciones, deseo explicar brevemente la genealogía de esta noble pariente, pero antes es necesario recordar los hechos que precedieron su nacimiento.
Su abuela —y madre de crianza— Baudilia Martínez tuvo, antes de unirse a Mino Alonzo, una hija con Juanico Adames, a quien puso por nombre Aurora. Aurora fue criada con gran cariño por su padrastro Mino y creció rodeada de afecto en ese hogar.
Ya adulta, Aurora contrajo matrimonio con Luis Alonzo Acosta, hijo de Sinencio Alonzo. Tras la boda, Luis y Aurora se establecieron en una finca en Bobita, propiedad entregada por el propio Sinencio.
Durante el final de su embarazo, Aurora sufrió una hemorragia severa —posiblemente a causa de placenta previa— y lamentablemente falleció en el parto. La criatura sobrevivió, y aquella niña era Enma.
Huérfana desde su nacimiento, Enma fue criada por su abuela Baudilia, quien la amó y formó con dedicación. Su padre, Luis, se trasladó más tarde a residir en La Romana, donde falleció hace varios años.
En su vida adulta, Enma contrajo matrimonio con Pérez Peña, militar nativo de Duvergé, en el lejano sur, quien fue asignado a prestar servicios en Río San Juan. Allí fundaron su familia y estrecharon vínculos afectivos con la comunidad. De esta unión nacieron: Leyda, Georgina, Gorge Luis, Saturnina, Gisela y Daysi Marisol.
En síntesis, Enma era nieta de Sinencio Alonzo y de Juanico Adames; hija de crianza de Mino Alonzo; sobrina de Checo, Frank y Ninito Alonzo, así como de Siso, Ginita, Carlito, Pedro y los demás Adames Balbuena.
Además, junto con su nieta Enma, Baudilia también crió al querido amigo Juan Alberto De Salas —“Papa”—, cuya madre, esposa de Juan De Salas, también falleció en el parto. De ahí nace la entrañable hermandad que siempre unió a Enma y a Papa, relación que perduró como un lazo familiar profundo y sincero.
Hoy despedimos a Enma con tristeza, pero también con gratitud por su vida, su ejemplo y el legado de cariño que deja entre los suyos.






