Las imágenes del incendio de la casa paterna de la familia Guzmán-Lubano en el municipio de Río San Juan fue una escena triste.
Más allá de las pérdidas materiales del inmueble y el valor nostálgicos de la misma, la vieja casona de la calle Sánchez representó un patrimonio cultural en este municipio, por lo que ver esas devoradoras llamas, significó la destrucción de algo más que una fría y vieja estructura.
Sus columnas emergen del fruto de sueños, sudor, trabajo y entereza de una familia que creyó en este remoto lugar, asentado en la desembocadura de su río y arrimado a la rivera de la Laguna Gri-Grí.
La familia Guzmán-Lubano, de los primeros en llegar a estas tierras húmedas, fue pionera en el comercio de este municipio.
En aquellos tiempos intransitables, Don Ángel Guzmán desafió las inclemencias y fundó Almacenes Guzmán, para la compra de arroz, cacao y café, y el dispendio de productos alimenticios y del hogar.
Pero sus sueños fueron altos, fundó el Cine Thelma, considerado en aquel entonces el más moderno centro de entretenimiento en toda la costa norte. Luego instaló la primera estación de gasolina “Texaco”.
Fue penoso observar las llamas devorar la vieja casona. Pero algo nos conforta. Esas llamas perdurarán por siempre en nuestras memorias, y nos comprometen, como riosanjuaneros agradecidos, a transmitirle a futuras generaciones su más noble legado: el pensamiento progresista y visionario de la familia Guzmán-Lubano.