El mayor dolor de cabeza para un joven que recién concluye su carrera universitaria y tiene el deseo de seguir formándose en estudios superiores, es poder acceder a una de las becas del MESCYT, que por ley y derecho le corresponde, sin importar de dónde venga, sin importar partido o influencias. Aquí el principal requisito es el índice académico que en su defecto no deberá ser menor a 80.
Tanto carreras universitarias, como masters y doctorados, a nivel nacional e internacional, están subvencionadas y reguladas por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCYT). Organismo creado en el año 1996 bajo la Ley No. 139-01, con el objetivo de regular y fomentar las actividades de ciencia y tecnología. 24 años hace de la fundación de esta importante institución, creada y cito: ´´Para regular, modernizar y reformular la educación superior en el país, velando por su normal y correcto funcionamiento’’, que se entienda bien.
Entre sus valores se resalta ´´la Solidaridad´´ y ´´la Equidad´´. Valores que dicha institución debe empeñarse en cumplir a carta cabal para que más jóvenes cualificados continúen ampliando sus conocimientos, de manera equitativa, y por los méritos que estos puedan demostrar. Becas dignas para todo aquel joven que cuente con los requisitos, ¡dignas! Sin tener que rendir culto a partidos ni ser señalados.
Si un joven cumple con el mayor requisito, y continúo repitiendo, que es un índice académico notable, ¿por qué tiene que acudir a un padrino para acceder a la misma? ¿Por qué negarle la oportunidad a la primera? ¿Por qué debe suponer una preocupación algo que le corresponde? Si la causa es por el número de solicitudes que al año se presentan, entonces la MESCYT debería organizar mejor su sistema, crear una lista de espera, visible, con los nombres de esos jóvenes que no pudieron entrar en el proceso, para que el año siguiente o el siguiente accedan a la beca reclamada. Pero dar una respuesta válida y que estos puedan constatar dicha información.
Si en verdad se busca capacitar a nuestros jóvenes en base a la excelencia, con garantías e impulsar su desarrollo, la dignidad de estos debe estar por encima de todo, al fin y al cabo quienes se desvelan por alcanzar una alta calificación en las aulas son ellos, nuestros jóvenes meritorios.