
Alesandrini Bonilla
Apropósito de haberse celebrado el día mundial contra el cáncer, quise sacar a luz este artículo que escribí mientras cursaba el máster en dirección de comunicación en Madrid, donde el catedrático Federico Utrera pidió a los alumnos de la clase taller de escritura, redactar algún artículo para evaluar nuestra capacidad de redacción, creatividad y demás dotes que debería tener un periodista.
Confieso que no fue fácil escribir sobre este tema que afecta a millones de personas, niños, jóvenes, adultos. Confieso además que dejé caer alguna que otra lágrima porque también he perdido a seres queridos a causa de tan fatal enfermedad, su impacto y cómo muchos ya no se avergüenzan de expresas públicamente su padecimiento.
Sé bien que quienes lean este escrito, se ha sentido identificado con casos similares, ya sea de famosos, algún conocido o familiar. Se identifican con el drama y el dolor, con la alegría, la fe, la valentía que caracteriza a estos seres, que sus vidas penden de un tratamiento, de horas, de un sorbo.
En la actualidad, las redes sociales están transformando el carácter privado de las enfermedades, algunas tan fatales como el cáncer, en exposiciones públicas que motivan al público a involucrarse moralmente con quien lo padece. De forma constante, estas redes suelen estar saturadas de vivencias personales y muchas veces puede que las fotografías o experiencias diarias de los usuarios no sorprendan mucho, pero la expresión cruda y natural del "horror" del cáncer chocó a muchos de los lectores de Nacho Mirás (periodista de La Voz de Galicia), al expresar en una entrevista: "Te agradecen que cuentes lo que ellos no se atreven a expresar", dice Mirás.
Para el periodista, no era más que contar lo que le pasa a alguien, pero esta vez era él quien figuraba en la historia: "¿A quién conoces mejor que a ti mismo?" agregó.
Silvia Garsd, psicooncóloga y presidenta de la fundación Apostar a la Vida, atiende a pacientes oncológicos desde hace 23 años. Para ella, quienes salen a contar y mostrar cómo se sienten en las redes sociales, son “gladiadores”. Lo dice así: "Cuando logran sacudirse el miedo que les genera el diagnóstico, deciden no esconderse, no les da vergüenza decir ‘tengo’ o ‘tuve cáncer’. Ellos comparten su batalla diaria con otros y muestran que están vivos".
Los testimonios suelen ser desgarradores, como fue el caso de Sandra Gómez, joven dominicana, quien fue sorprendida un día con esta enfermedad que se quedó a vivir con ella, haciéndola fuerte y débil al mismo tiempo, esperando a que un día todo cambie. Sandra no se guardó sus dolencias, decidió compartir cada uno de sus pasos.
"En la clínica desde de las 10:00 de la mañana, quimio y otros sueros toda la tarde. Ahora a hidratarme y a dormir. Los efectos de siempre, no me siento muy bien, quiero soltar el móvil y descansar", posteaba Sandra Gómez en su página de facebook el 7 de octubre de 2015, mientras decenas de usuarios la alentaban con palabras esperanzadoras, lamentablemente el día llegó y Sandra no le pudo ganar la batalla al cáncer.
"Me caí del mundo un día, pero este sigue girando y dejándome atrás. Es difícil distinguir el día de la noche, los sueños o la realidad. No sé qué día es, no reconozco mi reflejo… voy despertando… ¿cuándo seré Sandra otra vez? ¿Cuándo volverá a ser todo normal? ", expresaba Sandra.
Ante confesiones como estas es inevitable que los internautas reaccionen y lo hacen brindando un poco de aliento a través de las palabras, desde los más cercanos hasta aquellos que no te conocen. Antes, los pacientes de cáncer no solían dar a conocer dicha condición. Hoy en día eso ha cambiando. Muchos han entendido que necesitan un apoyo, han sentido el deseo de compartirlo en las redes sin temor alguno. Así lo explicó el periodista Mirás: "Comencé porque el que necesitaba ayuda era yo, pero saber que le sirve a más personas ha sido estupendo", señala en una entrevista realizada por El Diario.es
¿Cómo conocí de estos casos?, a través de otros usuarios que compartían y comentaban sobre estas historias, las cuales me parecieron tan desgarradoras, conmovedoras y motivo de aprendizaje y solidaridad, tan conmovedoras que al leer sobre la historia de Carlos, también quise ir a ver el estreno de de una peli en un cine dominicano, para poder colaborar con su tratamiento médico…pero Carlos falleció días antes y lo hizo como han partido muchos otros, luchando, dando la batalla.
Carlos Quezada, actor, cantante y compositor dominicano, al saber de su enfermedad decide contar su historia y que sus amigos de Facebook fueran parte de ella. "Creo en ese milagro en mi vida, y más aun, creo que es un milagro especial porque cada día me da el martillo, la madera y una “funda e´ clavo” para que lo construya. Es un milagro que pone a prueba mi fe tambaleante, que me pide que confíe, que crea. Y así va “Carlito”, míralo ahí, ahí va. Ya de camino a la clínica, Dios me da otro toque en el facebook (Dios no tiene facebook, pero utiliza el usuario que le da la gana, es el agente Smith del facebook)".
Así, de la manera más jocosa narraba Carlos Quezada, la realidad que el cáncer le había hecho vivir. Aunque parecía fuerte y era joven, nueve meses después Carlos fue vencido por esta terrible enfermedad, pero dejó algo valioso a sus seguidores y amigos, lo mismo muchos valientes que deciden contar su historia por triste que sea. Se llama fe, creer, confiar y hacer a otros fuertes y solidarios con su realidad.
De esta manera, las redes sociales se han convertido en una escapada para los pacientes de cáncer. Ya muchos saben que hay un “agente Smith” detrás de la pantalla, que no dudará en hacer una oración de fe por ellos, en alentar y seguir cada paso que dé la persona en dicha condición.