La Revolución de Abril quedó inconclusa, a los jóvenes participantes les quedó una nostalgia con el resentimiento de lo no logrado, pero con la tentación de no al olvidar esta epopeya, asumiendo una dimensión permanente antibalaguerista donde ondeaban desafiantes en lo imaginario popular banderas de esperanzas de una nueva sociedad simbolizadas por Caamaño y Manolo, por Fidel y el Che.
Ha nivel del arte y la cultura, había una clase media rebelde con indigencia de respuestas contestarias y con necesidades de catarsis. El imperialismo era el enemigo común, con capacidad mimemica. No se confiaba en nadie. Un soñador comenzó a enamorar a quienes tenían aparente complejo de culpa, recursos, eran del sistema, llenos de malicia aparentaban ser buenos. Pedía apoyo, cuando muchos de los jóvenes hubieran pedido fusiles, para construir un espacio para hacer cultura. En principio surgió la duda en los maliciosos aportadores. Pero el tal Freddy era apellido Ginebra Giudicelli, de familias nobles, sagradas, que solo habían aportado al país, además eran familias de artistas donde había un tal Paul, de fama nacional-internacional.
Por estas razones, ese tal Freddy, miembro de estas familias, jamás podía ser comunista. Era abogado y no había estudiado en la Universidad Carlos Max de Moscú, sino ¡imagínense! Filología inglesa en la Universidad de Nueva York. Algunos se convencieron de aportarle. Pero ese Freddy con cara de duende, de inocente, no lo era, muy sabiamente el espacio que él quería era para el desarrollo general de la cultura, sin discriminar la popular, pero no podía expresarlo. Con 19 años, tenía la fama de ser actor y galán, por lo tanto, su vocación era el teatro, actividad tímidamente popular pero bien apreciada por la élite y los intelectuales europeizados. Esto daba puntos para aportar por parte de los patrocinadores, dado que el teatro estaba a muy alto nivel de clase social.
Pero Freddy fue muy astuto en este sentido, al espacio artístico-cultural, para afianzar toda esa percepción fue llamarle a este espacio “Casa de Teatro”. Estamos hablando de 1974. Eso despejaba las dudas, era para el desarrollo del teatro, que aparentemente tenía muy poco que ver que ver con la cultura popular.
Viniendo de allí y de allá fueron apareciendo recursos para el sueño de Freddy, pero ahora éramos nosotros los que estábamos “chivos”. “Si a este tipo le aportaron recursos, es porque es uno de ellos”. Los más radicales estaban convencidos de que “no habías dudas, Freddy era Agente de la Cía.”. Tímidamente comenzaron los acercamientos y todo el que conversaba con Freddy salía pensando todo lo contrario. No era anticomunista, no tenía discriminaciones ideológicas y menos étnicas, escuchaba, sonreía, recordaba tu nombre y por el contrario mostraba un amor por la cultura popular y una admiración por lo grupos originales, resaltando las raíces y sobre todo la identidad nacional.
Algunos lo tildaron de loco, de soñador, de un quijote sin Pancho, pero nos dimos cuenta que era un aliado, alguien con sinceridad, que la locura era la identificación y difusión de la cultura y que su mente era capaz de presentar una abstracta exposición de pintura, esas en que los participantes tienen que explicarles el contenido de sus cuadros a los autores, un obra de teatro de los clásicos de la cultura española, un grupo de desvergonzados cuyos instrumentos musicales eran palos de campesinos analfabetos como Convite o a grupos originales, puro folklore, como Los Guloyas, la Sarandunga o los Chuineros.
Ahí estaba la astucia y la mala fe de Freddy, poniéndose de jablador hablar solo de teatro para poder conseguir patrocinio. En 50 años, nunca ha sido “La Casa de Teatro” sino la casa de la cultura, de la cultura y el arte popular, de todos los sectores sociales, que se ha mantenido funcionando por la pasión y el amor de Freddy por el arte y la cultura. ¡No es que era, es que sigue siendo “loco”!
A partir de 1974, Casa de Teatro se convirtió en el espacio de la creatividad, de la vida cultural de la juventud rebelde, izquierdista, comunista y hasta de la derecha, en épocas de rivalidades y contradicciones en la ciudad Colonial. Los grupos artísticos, los grupos originales encontraron el espacio idealizado solo para la diversión pura, sino para la formación. Casa de teatro se convirtió en una escuela, en la Universidad de la cultura y del folklore en este país.
En julio del 74, llegamos donde Freddy, nunca habíamos conversado con él, le explicamos el proyecto del Grupo de Nueva Canción Convite. Recuerdo bien. Se quedó pensativo, con leve silencio y con la sonrisa mágica de su encantamiento se paró y nos dijo vengan, “todo ese espacio es de ustedes, traigan sus instrumentos para que incluso ensayen aquí”. Los instrumentos eran troncos campesinos que con parches se llamaban “Balsié”, “Panderos” y “Atabales.
Las presentaciones, los grandes recitales-Fórum como el de la Sabana del Espíritu Santo y el del Merengue fueron en Casa de Teatro. Sonia Silvestre, la hija de Freddy, Víctor Víctor, Luis Días, y todos los artistas jóvenes del momento su escenario fue Casa de Teatro. ¡Era la casa de todos! Hasta donde yo tengo memoria y yo soy un viejo de más de ochenta años, Freddy Ginebra, nunca le cobró un centavo al Grupo Convite. ¡Lo hizo bien porque no tenían!
El año de 1974, fue un año de convulsiones político-culturales. No solamente por el surgimiento de Casa de Teatro y el grupo Convite, sino porque la Central General de Trabajadores, fruto de Enriquito de León, Nelcida Marmolejos y Francisco Santos, su secretario General, nos propusieron, con especifidad al sociólogo Cholo Brenes, sobre un evento internacional de Nueva Canción, que terminamos llamándole “7 Días con el Pueblo” que convirtió a Santo Domingo, en la capital de la Nueva Canción, que Sirvio Rodríguez después expresó sin equivocarse que era un evento “irrepetible” y que los Guaraguos afirmaron que era el evento más trascendente de Nueva Canción que se había realizado en toda la historia del Caribe y de América Latina.
Casa de teatro sirvió como escenario durante el evento para presentar a Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Mercedes Sosa entre otros Artistas Internacionales. Casa de Teatro va cumplir este año 50 amaneceres. Freddy Sigue al frente, con pasión, recuerdos, sueños, amor, sudor, lágrimas y decepciones. ¡Todavía Freddy sigue solicitando apoyo! ¿Cuántos Freddy hay en este país!