Con los pregones improvisados de marchantas que despertaban a la mañana, azorada, abrió los ojos a la vida la niña Carmen Josefina Lora Iglesias (Piky), en el Santiago de Yoryi Morel, entre paisajes con framboyanes floridos y coches que llevaban utopías portadoras de leyendas y de ilusiones.
Piky creció como las otras niñas de su edad, aprendiendo a cocinar, jugando con muñecas, pero tenía la pasión por aprender a bordar, oír música y sembrar plantas, teniendo la peculiaridad de tener unos padres y unos abuelos que de noche contaban historias de episodios insólitos de intromisores que en el 1916 profanaron la patria que nos llena de gloria y obviaban los cuentos de príncipes y princesas de cortes celestiales localizadas en Paris y en los palacios de Madrid.
En el año de 1957, a los 17 años, al graduarse de bachiller, con los relatos que había oído de Elsilia Pepín en la cabeza, se inscribió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santo Domingo (USD), convertida en esa época en un volcán político de vientos antitrujillistas. Al final, Piky, se enroló en esa onda y terminó siendo militante del Movimiento Clandestino del 14 de Junio, desempeñando inicialmente la función de correo clandestino entre Santo Domingo y San Francisco de Macorís.
Eliminado Trujillo, la Universidad se transformó y Piky asumió militancia política integrándose al grupo estudiantil Fragua, siendo de las fundadoras de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), responsable de luchas y transformaciones democráticas universitarias.
En el 1962, se graduó de Abogada en la ya Universidad Autónoma de Santo Domingo. Un irracional y vulgar Golpe de Estado al Presidente Juan Boch, en la primera experiencia democrática, le impidió el inicio de una carrera profesional normal, por su conciencia y compromiso político revolucionario con el Movimiento del 14 de Junio.
Ante la incursión de los militares trogloditas, líderes religiosos desfasados y políticos reaccionarios que se asociaron con el imperialismo para consumar el nefasto Golpe de Estado del 63, contra Bosch, Manolo, líder máximo del Movimiento del 14 de Junio entendió que el camino era la guerrilla.
Manolo Tavarez Justo, Comandante del movimiento, le encomendó la tarea a Piky de ir a preparar las condiciones con los campesinos a la Loma de Quita Sueño, en San José de Ocoa para organizar un frente guerrillero.
Al mes, en diciembre, el Movimiento del 14 de Junio se fue a las montañas y comenzó a operar una guerrilla, la cual estaba dividida en seis frentes. El frente guerrillero donde participaba Piky estaba dedicado a Juan de Dios Ventura Simó, el piloto héroe que ofrendó su vida por la liberación del país en la epopeya contra las fuerzas represivas y reaccionarios que se escudaron en un Triunvirato de Estado.
El frente guerrillero estaba compuesto por 24 combatientes, cuyo jefe era el legendario revolucionario Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo), el cual murió heroicamente en combate, al igual que La Yerba y otros valientes combatientes. Los demás fueron apresados, entre ellos José Homero Bello Suriñach, el único guerrillero banilejo y Piky, la única mujer guerrillera entre 150 combatientes distribuidos en los seis frentes, cuyo Jefe supremo era Manolo, el Comandante de la Dignidad.
Fue llevada prisionera a la cárcel del Palacio de Justicia, de allí fue trasladada a La Victoria, luego a la de San Cristóbal, de donde fue deportada para Francia. De Francia, Piky se fue a Cuba, donde llegó a las montañas del Escambray a entrenarse militarmente, enfrentando a la guerrilla reaccionaria que en ese momento operaba en la Sierra Maestra en contra de la gloriosa Revolución Cubana.
En marzo del 1965, Piky logró entrar clandestinamente al país y días después, en abril del 65, tomó el fusil y se integró al Comando Central del 14 de Junio, que comandaba Juan Miguel Román, héroe y mártir de la epopeya de abril.
Piky, entrenada militarmente en Cuba, participó, fusil en mano, en la toma de la Fortaleza Ozama, donde el Comandante Fafa Taveras, le asignó la responsabilidad por los prisioneros hechos en esa epopeya. Además, fue instructora militar en la Academia del 24 de Abril en ciudad Nueva, entrenando combatientes del pueblo y de la patria.
Aun siendo la combatiente más buscada por la CIA, en plena revolución de abril, definió su vida con el maestro Rafael Solano, gloria nacional, llegando a ser madre de Patricia y luego, con su segundo esposo, Arturo Acosta, de Laura y de Tania, convirtiéndose en mamá orgullosa y posteriormente en abuela consentidora.
Piky, mujer de principios, cuando se modificaron las circunstancias socio-políticas, cambió el fusil por la toga para luchar por la justicia, contra las arbitrariedades, los robos y a favor de las riquezas naturales, como el Parque Jaragua y Bahía de las Águilas en Pedernales. En 1978, ocupó los puestos de Registradora de Títulos del Distrito Nacional y Jueza del Tribunal Superior de Tierras. En el 1996, fue Directora General del Catastro Nacional, Asesora Del Comisionado para la Reforma y Modernización de la Justicia, encabezando el Proyecto de Modernización de la Titulación de Tierras del País.
En la lucha contra el olvido, fue reconocida por el Poder Ejecutivo con la Medalla al Mérito de la Mujer, una Avenida de Santiago, su terruño natal y un parque nacional se honran con su nombre. Murió a los 58 años, el 13 de abril del 1999. Aun así, el que quiera verla y hablar con ella, solo tiene que ir a la lomas de Quita Sueño, la Horma o Arroyo Bonito donde su fusil justiciero, en vez de balas, lanza flores, ante el vuelo mágico de colibrís y el zigzaguear de mariposas en una eterna primavera.
Piky Lora, la mujer-ejemplo, apasionada por la libertad, que cambió su toga por la dignidad, que hablaba con las plantas, se transportaba con la música exquisita y que bordaba esperanzas e ilusiones en paños de colores, la guerrillera intrepida, que soñaba con la justicia, vive en el corazón del pueblo y en la inmensidad de la patria.