Cuanta razón tenía doña Milagros Ortiz Bosch (actualmente responsable de políticas de transparencia del del nuevo Gobierno), cuando sugirió: “Y los que necesitan más el cambio son ellos (PLD), ¿Saben por qué?, porque el PLD tiene volver a su casa a ponerse a rezar, a pedirles perdón a los dominicanos a ver si se reencuentran con Juan Bosch”.
Sí, pasarán cuatro duros años de reflexión y frustración. Años llenos de una profunda incertidumbre para muchos, al no saber si volverán a gobernar el país que, simplemente se cansó de ellos. Cuatro años, solo para empezar, porque si a Luis le salen bien las cuentas, entonces la cosa iría para largo.
Lo difícil está en que don Juan se deje ver el pelo de quienes tanto se mofaron de su intachable nombre para así tener bandera blanca de hacer y deshacer a su antojo en un país tan necesitado y que ahora han dejado descalabrado.
Pero así como esta terrible pandemia está obligando al mundo a reinventarse, así mismo lo tendrá que hacer el partido que una vez fundó Bosch bajo unos principios pisoteados por unos cualesquiera. El “cambió” le queda corto a lo que el PLD debe hacer para salir de la tumba política que cavaron para ellos mismos.
Cuatro eternos y largos años de castigo impuesto, responsablemente, por el pueblo. ¡Hasta la vista Charlie!