La reflexión mañanera que nutre mi cerebro al observar el sonido sublime del mar, con el baile único que se manifiesta a través de sus olas, me llegó a la mente el Río San Juan de 1989. El Río San Juan que añoramos. Época en que fuimos presidente de las fiestas patronales, acompañados de un equipo de amigos, que el tiempo por diversas circunstancias nos ha ido alejando.
El comité de esas fiestas estuvo compuesto, por Zunilda Vásquez (China), Isabel Bonilla, Prospero Agramonte, Yolanda Amaro, Tauni Lorena Balbuena (Reyna), Yoselin Marte, Basilia Balbuena, Miguel Alonzo, Nengo Paredes, Feliz Ramírez, Confesor Mejía, Pericles Gonzales, Robin Payano.
Además, el equipo contaba con un cuerpo de orden de 30 personas, entre los que estaban, Romeo el Gago, Lourdes Pitón, Jalón, Cha Cha, Ludovino Paredes, Boichans, Atawalpa, Perucho, Osvaldo Cornielle etc.
Esas fiestas fueron muy especiales, ya que estuvieron sustentadas en actividades deportivas, culturales, artísticas y educativas. Presentamos en el Ayuntamiento una exposición de cuadros de Persio Checo, montamos una librería en la cancha para vender libros a precio mínimo y los premios a las concursantes era una obra literaria.
Presentamos varios grupos culturales, de Santiago y Santo Domingo, se dieron charlas sobre las drogas y otros temas. La coronación y el desfile fueron impecables, así como los juegos tradicionales, los caballos y la cinta, palo encebao, corrida de sacos etc.
Pero donde más se destacaron estas fiestas patronales, fue en la parte deportiva. Se hicieron torneos en todas las áreas, béisbol, softbol, Baloncesto en todas las categorías, volibol femenino y masculino, damas, ajedrez. Ping pong, atletismo.
Realizamos maratones en varias categorías, de mujeres saliendo de la Cantera, que ganó Soledad y todavía la coneja dice que fue porque la montaron en un motor. Los varones salieron de Magante, que ganó Nelson Bonilla y el de los niños que ganó Miguelito Marte, saliendo de Playa Grande.
En el maratón de las mujeres se produjo un evento muy difícil, ya que Alonzo sufrió un desmayo y tuvimos que llevarla de emergencia al Hospital, pero ante la gravedad de la situación, tuvimos que enviarla en la guagua que teníamos para San Francisco. El Dr Alonzo la acompañó detrás en la guagua con oxígeno, la cual era conducida por Jalón y Cha Cha. Gracias a Dios se llegó a tiempo y Denny salvó la vida.
Recuerdo que el domingo que cerramos la fiestas, para entregar los trofeos, se tuvieron que colocar varias mesas por la gran cantidad que eran. El entusiasmo que vivimos fue tan profundo, que al momento de estar dando mi discurso, Isabel mi tiró un vaso de cerveza en la cabeza, lo que originó que todos nos bañáramos de cerveza, ron y luego empezaron a buscar agua por los alrededores. No quedó un tanque vacío y la fabrica de hielo quedó sin agua.
Cuanta hermandad y sanidad existía en esos tiempos. Ese día de la culminación de las patronales hay una anécdota que siempre recuerdo. A Nengo Paredes tirando un discurso en contra de las drogas y el alcohol, con un vaso de brugal en las manos. Pericles se le puso delante para decirle que bajara el vaso, ya que ante cada palabra, hacía una pausa para tomarse un trago.
El domingo siguiente nos fuimos a celebrar a la playa de la Entrada, con dos cajas de Barceló y un cajón de pollos. Una amplia representación, China, Ivelisse Ramírez, Elka, Isabel, Miguel Alonzo, Nengo, Feliz Ramírez, Ludovino, Jalón, Cha Cha, Bouchans, Joselyn y otros que el tiempo hace que la memoria olvide.
Una anécdota que siempre sale a relucir, fue que bien temprano con un poco de alcohol y sin desayunar, nos fuimos nadando para el islote que está en la playa. Unos metros antes de llegar se me agotaron las fuerzas y por el grito del ahogado, Ludovino y Feliz se tiraron que ya habían llegado y me socorrieron. Al llegar vomité la bilis porque sólo teníamos el ron en el estómago.
Los muchachos tuvieron que nadar de nuevo a la playa para buscar un tubo y que pudiera volver. Con todo el machismo de la época, al llegar le digo a una de las muchachas que se montaran en el tubo para que no supieran que era yo quien se estaba ahogando. Claro que Isabel se opuso y me hizo llegar en mi tubo ante la mirada de los bañistas, para ver quien era el que casi se ahoga.
Al regresar en horas de la tarde, nos paramos en el saltadero de Cabrera, con esa agua fría el jumo se esfumó. Al legar a RSJ nos vamos a la pizzería y ahí seguimos con unas cervezas. Otra anécdota que siempre recuerdo, fue que por vainas de la vida, en el desarrollo de las patronales no había luz y tuve que poner una planta de mi negocio, para poder hacer las actividades en la cancha.
Lidiando con la planta le cayó en un pie a Nengo y la sacó una uña de raíz, lo que lo mantenía quejándose todo el tiempo del dolor y con un en calipso. Diríamos que por hacerle una maldad a Nengo, cuando estábamos en la pizzería, le digo a Miguel Alonzo que prepare un vaso con ron, un poco de tabasco picante, limón y sal y se lo deje caer a Nengo en la uña. En verdad había que estar ahí para ver la cara de dolor que puso Nengo al caerle esa porción mágica.
No sólo la cara que puso, sino el brinco que dio y el grito que tiró. El asunto fue que al otro día Nengo tenía la uña sana, seca y sin infección. Quizás eso podría ser una medicina para ese tipo de afecciones, que podría patentizarse. Por lo menos en ese caso una maldad, acabó con un sufrimiento de semanas.
Este relato de algo que ocurrió hace casi 35 años, nos da una gran enseñanza, que hemos perdido el Río San Juan, donde predominaba la amistad sana, la solidaridad y el compañerismo alrededor de una actividad comunitaria, sin importar banderías políticas, religiosas ni de clases. Fue un tiempo dorado que disfrutamos y que sólo se mantiene en nuestros recuerdos.
Aunque las cosas jamás serán iguales, sería glorioso que por lo menos se bajen las tensiones y que las diferencias no lleguen a afectar ese legado que todos somos responsables de poner un grano de arena para evitar su profundización.
Si lo hacemos y tenemos éxito, se podría decir que algo estamos haciendo por el Río San Juan que soñamos.