Estaba leyendo un libro de Robin Maugham titulado Conversaciones con Willie, donde Robin narra encuentros y conversaciones con su tío Somerset Maugham, de cuyo contenido entendí oportuno compartir algunos fragmentos que indiscutiblemente encierran un mensaje sobre lo que significa la felicidad y el éxito, que pone a cualquiera a valorar las cosas desde otra óptica o perspectiva.
Lo primero es saber quién fue Somerset Maugham, quien nació en 1874 y murió en 1965 en Inglaterra. Fue novelista, dramaturgo, ensayista, cuentista, espía, etc., habiendo escrito a los 60 años más de 100 historias cortas y 21 novelas, piezas teatrales, biografías, libros de viajes y ensayos; por lo que en 1930 fue considerado el escritor más exitoso y rico del mundo.
A los 91 años y teniendo mucho tiempo sin escribir un libro, recibía millones de dólares, solo por derecho de autor, por lo que, sin lugar a dudas, se podría considerar una persona de éxito indiscutible. En ese momento sus obras se mantenían en la cúspide, como La esposa constante, Servidumbre humana, La luna y seis peniques, El filo de la navaja y otras. A pesar de todo esto, su sobrino Robin nos dice en su obra que era el hombre más triste del mundo.
Para expresar mejor el mensaje, voy a transcribir, como lo hace Osho en su libro sobre el ego, un fragmento tal y como lo expone Robin en su libro Conversando con Willie.
"Cuál es el recuerdo más bonito de tu vida?", le pregunta Robin. "No se me ocurre ninguno", contestó. "Miré a mi alrededor-dice el sobrino-, el salón con el mobiliario inmensamente valioso, los cuadros y los objetos de arte que su éxito le había permitido adquirir. Su casa y el maravilloso jardín-en un enclave prodigioso a orillas del mediterráneo- estaban valorados en seiscientas mil libras. Tenía once personas a su servicio, pero no era feliz.
"Al día siguiente, mientras leía la biblia, dijo: 'He encontrado la cita: De qué le sirve a un hombre ganar el mundo si pierde su alma? Entrecruzó y separó las manos con desesperación y añadió: Querido Robin, he de decirte que ese texto estaba colgado enfrente de mi cama cuando yo era pequeño".
Después lo llevé a dar un paseo por el jardín y dijo: " Verás. Cuando me muera me lo quitarán todo, los árboles, la casa, hasta el último mueble. No podré llevarme ni una mesa". Y se hechó a temblar muy triste.
“Guardó silencio un rato mientras paseábamos por un naranjal y dijo: He sido un fracasado durante toda mi vida". Intenté animarlo. “Eres el escritor vivo más famoso. Eso significará algo, preguntó. "Ojalá jamás hubiera escrito una sola palabra, -contestó-. De qué me ha servido? Mi vida ha sido un fracaso, y ahora es demasiado tarde para cambiar. Demasiado tarde". Y al pronunciar estas palabras, nos narra Robin, que se les llenaron los ojos de lágrimas.
Este testimonio de uno de los escritores más famoso, rico y "exitoso" de todos los tiempos, lo que nos demuestra es que para ser una persona de éxito no basta con obtener fama, dinero, poder, posiciones materiales, etc., sino, como dice Osho, "disfrutar cada momento de la vida con alegría, como una fiesta; disfrutar las pequeñas cosas, como darte un baño, tomar café, barrer el suelo, pasear por el jardín, plantar árboles, hablar con un amigo, mirar la luna, escuchar el canto de los pájaros o simplemente estar en silencio con la persona amada".
Es mucho lo que se dice sobre el éxito y la felicidad; cada quien tendrá su interpretación, lo cual debemos aceptar, pero al margen de cualquier consideración, entiendo que la enseñanza que nos brinda la vida de Somerset Maugham, es digna de observar en su justa dimensión.