Hamas habría matado 1,200 israelíes en octubre del 2023, hasta ahora, Israel mató más de 35 mil palestinos, por cada israelí muerto, mataron más de 30 palestinos. Hay mas de 70 mil heridos. El 70 por ciento son mujeres, y niños, destruyeron sistemas sanitarios, educativos, y más de 200 mil viviendas.
En Gaza hay más de un millón sin hogar, y padecen hambruna, pero falta más.
La masacre israelí continuará, el presidente Joe Biden seguirá enviando armas para calmar temporalmente la insaciable sed de sangre palestina del siniestro primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Netanyahu asegura cumplir órdenes divinas del primer libro de Samuel, 15:3 “Ve ahora y destruye por completo a toda la nación amalecita: hombres, mujeres, niños, recién nacidos, ganado, ovejas, cabras, camellos y burros”.
Cuidado, eso no es genocidio, y quien diga eso, es antisemita, además, está “contra los mandatos de Dios”.
Y los cristianos, que siguen a Jesús, el “príncipe de paz” que promueve una doctrina de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, apoyan a Israel.
Promueven la doctrina de “paz en la tierra” mientras apoyan el exterminio de Israel contra Palestina, esa contradicción crea una crisis de fe en la fe misma.
Por eso no es de extrañar la crisis que sacude el cristianismo a nivel mundial. Todo ser humano con un mínimo de consciencia social y humana se opone a la masacre israelí.
Israel está en las calles demandando cese al fuego, la renuncia y arresto de Netanyahu. Los estudiantes de casi todas las universidades estadounidenses ocuparon los campus universitarios, están demandando cese al fuego y la suspensión de todo tipo de negocios con Israel.
Biden, apoyando a Netanyahu, un político rechazado por su propio pueblo, perdió todo apoyo político de los estudiantes universitarios, ya perdió las elecciones de noviembre.