Río San Juan.- Nació y creció apegado a su tierra. Por décadas solo conoció la vocación de servicios la cual profesó en su añorada playa de Mino, misma que defendió con una “uñas y dientes” para que permaneciera como está, accessible y tradicional como todos los que iban a disfrutar de las olas del mar y de su arte culinario, el cual por largos años ofreció con tal entusiasmo que se ganó la amistad y el reconocimiento de todos.
Irónicamente, la muerte le sorprendió a más de 180 kilómetros de ese lugar que le dio vida. Ramón Antonio Suriel Méndez –Chiquinón- falleció este sábado de un paro cardíaco en la ciudad de Santo Domingo a la edad de 53 años.
Murió mientras era dializado en el centro médico al que viajaba semanalmente para recibir dicho tratamiento por su diabetes crónica.
A Chiquinón le sobreviven su esposa Virginia Vásquez y sus hijas Solanlly y Soribel.
Su cuerpo será velado este domingo, tal y como lo pidió, en su residencia del barrio Las Flores de este municipio y sepultado en horas de la tarde en el cementerio de la comunidad.
Descanse en paz.