La oposición ha venido reclamando explicaciones sobre las evidencias de irregularidades que han presentado a la opinión pública (que yo seguiré llamando fraude, puesto que solo benefician a una misma parte).
Entre esas pruebas hay mesas que presentaron exceso de concurrentes; colegios donde los votos emitidos en el nivel A es menor a los emitidos en el nivel B; diferencias entre actas manuales y actas electrónicas; trasiego de votos del PRM al PAL y al PASOVE; suplantación de actas; desaparición de boletas correspondientes a la oposición; boletines que suman más del 100 por ciento; y hasta la desaparición de colegios electorales.
La prensa publicó que aparecieron boletas del candidato a Senador del PLD por Santiago en el municipio Santo Domingo Este, y boletas de esa jurisdicción en Santo Domingo Oeste.
En este último municipio, la oposición ha solicitado oficialmente el envío de 14 documentos públicos sin que hasta el momento le hayan hecho caso. Tampoco se ha investigado el salvaje ametrallamiento, que alguien ordenó, en las instalaciones de la JCE que buscaba amedrentar la oposición.
Internacionalmente el descrédito es peor, la OEA se refiere al proceso en estos términos: “a pesar del desorden y la incertidumbre generados por las deficiencias en la instalación de las máquinas de apoyo al proceso.”, “en la distribución de materiales electorales, se registraron retrasos y fallas en la entrega de los kits electrónicos”, “un alto número de auxiliares técnicos no se presentó a trabajar”, “los procedimientos de conteo de votos no fueron homogéneos”, “la principal fragilidad de la jornada estuvo en el uso de los equipos técnicos”.
Mientras que la Unión Interamericana de Organismos Electorales UNIORE, también critica la improvisación en el uso de la tecnología, el que muchas mesas no iniciaran a la hora prevista, y los inconvenientes que se presentaron para la trasmisión de datos.
El director regional de IDEA, Daniel Zobatto, a través de su cuenta de Twitter utilizó un lenguaje menos diplomático y destrozó el proceso electoral al considerar que la “calidad e integridad de las elecciones dominicanas han sufrido un serio retroceso”, “estas elecciones serian las mas limpias, transparentes y mejor organizadas de la historia. Sigue la JCE pensando igual?.”
Los dominicanos hemos tenido que pagar mas 30 millones de dólares por un sistema de escrutinio y conteo que la propia JCE admite que no funcionó en su totalidad y que ninguna autoridad judicial investiga si hubo incumplimiento de contrato, pero peor es saber que para la celebración de las próximas elecciones este será un sistema obsoleto.
El principal responsable de este dispendio se justifica y con poca responsabilidad le echa la culpa de su fracaso a unos conspiradores que nadie ha nombrado, y el principal beneficiario del fraude, sin ninguna vergüenza, prefiere guardar silencio y dejar que nada se ponga en claro. Habrá que alabar a Haití que ante tanta evidencia decidió empezar en cero.
En fábula digo que por este camino no se llega a Roma (democracia), mas bien a Beirut (confrontación e ingobernabilidad y hasta violencia).