Tan solo faltan cuatro días para ser celebradas las elecciones presidenciales y congresuales en la República Dominicana. El próximo domingo 5 de julio del presente año, los dominicanos y dominicanas acudirán a las urnas para ejercer su derecho al voto.
Pero no todo el que pensó que votaría lo podrá hacer. Que ¿por qué? Digamos que por magia de la Junta Central Electoral. Sí, magia a favor del oficialismo y en contra de la diáspora, violando un derecho que le otorga la Ley Electoral 275-97. Cabe de destacar que los dominicanos fuera del país, en las pasadas elecciones del año 2016, representaron el 5.68% del padrón general, es decir 384,523 ciudadanos votaron en el exterior. Pero este año no será así.
Resulta que, convenientemente, votantes que desde hace años han ejercido su voto en el exterior, hace tan solo algunas semanas se enteraron que, mágicamente, se encuentran empadronados en su país natal, léase República Dominicana, cuando la realidad es que sí lo están pero en el exterior.
Habiéndose cerrado el plazo para poder resolver dicho ‘berengenal’, miles de votantes se han quedado fuera de su padrón habitual y por ende sin poder votar. La Junta Central Electoral no avisó a nadie de lo que estaba ocurriendo y de poco valieron las quejas de los dominicanos en el exterior ante dicha falta.
Una extrañeza bastante favorecedora para el oficialismo quienes saben que la diáspora en el extranjero no está conforme con su legado y que de ha manifestado en favor de un ‘cambio’. ¿Qué mejor forma hay para callar estas voces? Precisamente la que ha hecho JCE, cambiándoles de padrón, alegando que todo aquel dominicano residente en el extranjero que haya realizado alguna renovación de cédula o trámite en la Junta Central Electoral en República Dominicana, se le ha considerado que vive en dicho país. Una excusa irresponsable, una mentira burda y una burla.
El voto fuera del país se consignó por primera vez en la ‘Ley Electoral 275-97’, y en su artículo 82 dice que: ‘los dominicanos residentes en el extranjero, que estén en pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, podrán ejercer el voto para elegir al presidente y vicepresidente de la República’.