Suscribo la frase de la escritora francesa Simone de Beauvoir, luchadora por la igualdad de los derechos de la mujer y autora del libro ´El segundo sexo´, y cito: ´´Que nada nos limite, que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia´´, y le doy un vuelco a su contexto…
¡Brindo por los hombres y mujeres que ejercen sin temor alguno el derecho a la libertad de expresión!, sin límites, más que el necesario. Sin definición, puesto a que no la tienen, no pertenecen ni a un bando ni a otro. Y sin nada que les sujete porque prefieren tener poco a que sus voces sean amordazadas y su pluma guiada al antojo de otros como si de marionetas se tratara.
Ojalá que esa libertad recogida en la Ley-6132, siga siendo conducida, en favor del pueblo, por el pequeño puñado de mujeres y hombres que no tenemos definición, ni estamos sujetos. Que conocemos nuestro derecho y lo defendemos a carta cabal, los que tenemos luz propia.
Ojalá, que pequeños diarios nos sigan permitiendo alzar la voz por aquellos que por alguna razón no pueden hacerlo. Porque esto no se trata de estar con Dios o con el diablo, se trata de saber entender esta profesión y la responsabilidad que encierra. Se trata de decir y resaltar lo que está bien y también señalar, a viva voz, lo que está mal.