Subestimar a Leonel Fernández es un gran error, ya que el nativo de Villa Juana, ha demostrado que tiene garras para combatir y competir en cualquier circunstancia. Tiene tres condiciones que difícilmente se producen en una sola persona, que son el de ser un intelectual, tener carisma y ser un estratega político.
En el 1996 en una cerrada contienda, en una segunda vuelta electoral pudo superar al más grande líder de masas que ha dado la República Dominicana, José Francisco Peña. Lo cual aún fuera con el apoyo de Joaquín Balaguer, sólo una persona con las condiciones de Leonel Fernández podría vencer al PRD.
Aunque el PLD perdió en el 2000 de Hipólito Mejía, con Danilo como candidato, por la separación electoral que se produjo entre el PLD y el PRSC con Balaguer como candidato, Leonel asimiló correctamente la experiencia y regresó en el 2004 a la presidencia del País.
El ex presidente Fernández entendió que para el PLD regresar al poder, era necesario atraer definitivamente los reformistas a su partido. La muerte de Balaguer en el 2002, favoreció esa estrategia y en el 2004, el 80% del PRSC, estaba cerrando filas con Leonel Fernández, para regresar al poder ganando en primera vuelta a Hipólito Mejía y su proyecto reeleccionista.
En el 2008 Leonel se reelige sin muchas dificultades, venciendo cómodamente de nuevo al PRD y su candidato Miguel Vargas, en una primera vuelta electoral. De nuevo Leonel demuestra sus dotes de líder y estratega político.
En el 2012 con Danilo como candidato el PLD gana de manera muy discutida las elecciones a Hipólito Mejía, ya que un mes antes el guapo de Gurabo superaba por muchos puntos a Danilo Medina. Negar que Leonel y su estrategia fue clave para esta victoria sería una mezquindad, porque todos estábamos ahí y somos testigos del esfuerzo que éste hizo para que se venciera al PRD.
Es indiscutible que sin el apoyo decidido de Leonel, el PLD no hubiera podido ganar esas elecciones, porque la diferencia era muy grande para que Danilo pudiera por sí sólo superar a Hipólito. Eso es historia muy reciente y todos los peledeistas de esa época la conocemos.
En el 2016 se produjo la crisis que estuvo a punto de dividir al PLD, que culminó con el pacto de los 16 puntos, firmado por todos los miembros del Comité Político y donde Danilo se comprometía a no buscar una nueva repostulación en el 2020.
Lo que ocurrió en el 2020 es un acontecimiento muy reciente y que siempre estará en la mente de todos los miembros del PLD. El partido se dividió y permitió que Abinader ganara las elecciones y el PLD saliera del poder.
Los que tienen un poco de experiencia política saben, que con la capacidad de trabajo y la visión estratégica de Leonel, si hubiera sido candidato el PLD estuviera en el poder. Pero eso ya pertenece al pasado y no se puede llorar sobre la leche derramada.
En el 2020 Leonel va a un proceso electoral con una organización de recién formación, llamada Fuerza del Pueblo, obteniendo con el apoyo del PRSC un poco más de un 9% en las elecciones. En poco menos de tres años ese mínimo porcentaje que sacó Leonel, se ha multiplicado a un poco más de un 30%, lo cual es una hazaña de dimensiones extraordinarias.
Al evaluar desde una óptica objetiva e imparcial la realidad política electoral del momento, entiendo que la soberbia, el triunfalismo y el sectarismo están llevando al PRM a subestimar a Leonel. La historia nos indica y más en este mundo que está siendo sometido a cambios muy rápidos en relación a otros tiempos, que subestimar un líder de las características de Leonel es un grave error.
El 30% o más que en estos momentos marca Leonel, no se puede ver como algo absoluto, porque en la principal plaza que es la zona metropolitana sus números andan cerca de un 37%. Si mejora en el Cibao, es indiscutible que sus posibilidades podrían aumentar significativamente.
He notado que hay un voto disperso que podría llegar a un 5%, de personas de clase media que votó por el PLD y algunos inclusive por el PRM, que podrían inclinarse por Leonel, ya que no le ven posibilidades reales a Abel Martínez. Es una franja que en estos momentos no manifiesta simpatías partidarias, sino cierto disgusto con acciones gubernamentales y con actitudes de muchos funcionarios.
es un voto al igual que el del exterior que todavía no se refleja en las encuestas, pero lo harán votando en mayo, por lo que el PRM debe despertar de esa burbuja y creerse que ya ganaron las elecciones. Porque si bien es cierto que si las elecciones fueran hoy, Abinader sería favorecido para ganar en primera o segunda vuelta, pero las elecciones son en 4 meses.
En ese tiempo, pueden ocurrir muchas cosas y el panorama electoral puede variar significativamente. Esa realidad parece no es contemplada por el PRM, que sigue exhibiendo un triunfalismo, que lo está llevando a restarse adeptos, con el trato despectivo, humillante y hasta descortés e irrespetuoso, con sus aliados y personas independientes que en los últimos tiempos se le han acercado.
Al analizar esta situación he llegado a la conclusión, que lo único que mantiene al oficialismo con una cómoda ventaja, es la actitud de Abinader, su capacidad de trabajo y su cercanía a la gente. Por eso está 10 o 12 puntos por encima del PRM.
Soy de opinión, que en vez de estar subestimando un candidato de la experiencia de Leonel Fernández, el PRM lo que debe es ayudar a su candidato y no seguir cometiendo errores por soberbia y altanería, que cuando se realizan en las puertas de un proceso electoral, se elevan a la máxima potencia.
La función de un partido con vocación de poder, es dejar a un lado las minucias y pequeñeces y concentrarse en darlo todo para que esa plataforma partidaria favorezca a su candidato en el desafío electoral que le espera.