SANTO DOMINGO.- El obispo de la Diócesis San Pedro de Macorís y Hato Mayor, monseñor Santiago Rodríguez, consideró que es anti humano como las autoridades de Migración y la Policía Nacional llevan a cabo las deportaciones de los haitianos indocumentado, los cuales son despojados de sus pertenencias, extorsionados y muchas veces maltratados físicamente.
Indicó que ha sido testigo en varias ocasiones de que en las deportaciones se está actuando de forma incorrecta, ya que ese ciudadano tiene su derecho, por lo que entiende que aunque está violando una ley, esa persona debe recibir un trato humano y que se le dé el tiempo oportuno para que recoja su pertenencias.
“Creo que esos extranjeros no deben ser maltratados con empujones, ya que su delito es que no tiene documentos, pero que eso no lo lleva a ser una víctimadonde la Policía lo maltrate físicamente y lo entren en el camión en peores condiciones que los animales” señaló el prelado católico.
Dijo que el problema no es la deportación, sino el negocio, la forma cruel, la mafia, el maltrato y la extorción a que son sometido los nacionales haitianos, por lo que entiende que ahí es donde las autoridades de Migración deben de actuar y corregir esas acciones bochornosas y anti humana.
El obispo Rodríguez expresó que en días pasados apresaron a una monja nigeriana luego de confundirla con una haitiana, la cual solo habla el idioma Francésy pedía ayuda, pero que los agentes policiales le hacían la propuesta de que le podía pagar sosteniendo relaciones sexuales y, que ella reveló que esa misma propuesta se la hacían a las mujeres de otras nacionalidades luego de ser detenidas.
Reitero que está de acuerdo con las deportaciones, ya que la Republica Dominicana no puede hacerse cargo del peso social y el desorden que vive Haití, pero que el modo operandi que utilizan, sigue siendo muy deficiente y lo atribuye a la falta de un patrón que dirija y tenga sanción y deje de ser un negocio, por lo que entiende que ahí debe iniciar la reforma de esas estructuras malsanas de “dame lo mío”.
Que los mande para El Vaticano si le duelen tanto