En la entrega anterior cometí dos omisiones involuntarias, que antes de continuar con otros apuntes quiero mencionar. Se trata de la Tienda Almacén de Antonio Prats y el Hotel Aura de Fulvio Candelario (Cándelo).
El apellido Prats es de origen Catalán, muy extendido en España y en Hispanoamérica.
Antonio Prats nació en Bailén, Andalucía, y muy joven emigró a República Dominicana, instalándose originalmente en Higüey, donde casó con Fidelia Cedeño.
Inició su primer establecimiento comercial en Higüey, de allí pasó a Sabana de la Mar y luego a La Entrada, Cabrera, para definitivamente establecerse en Río San Juan, en 1939. Vino acompañado de su esposa Fidelia, sus hijos Ulises, Niña Rosa y Fidelia -Nena-, luego llegaron su otra hija Carmen y su sobrina política Dulce Cedeño.
Construyó Don Antonio su tienda almacén en la esquina formada por la calle Sánchez y San Juan, y dos casas más hacia el oeste su residencia familiar, donde hoy vive el buen amigo Luisito Alvarado y su familia.
Después de instalado, trajo Don Antonio desde Higüey su recua de mulos, para acarrear los frutos que compraba en el campo y que luego enviaba por barco a Puerto Plata.
Era un espectáculo que aún conservo en mi memoria, cuando aquel grupo de animales cargados, llenaban las calles del poblado.
Pregunté por número de mulo que tenía la recua a su nieto Orlando Alvarado Prats, y me dijo que eran más de 60 mulos. Aquella recua era manejada por el siempre recordado Pedro Polanco, mejor conocido como Pedro “mano manca”, y asistido por Luis Vicioso.
Don Antonio, de hablar pausado, pero tenía momentos de grandes rabietas con sus empleados. Gran fumador y amante de la lectura; conservaba sus libros en vitrinas con frente de vidrio, y ordenados por autores. Recuerdo que en mi niñez le pedí prestado “Los tres mosqueteros” y me dijo: “Te lo presto, pero tiene que venir a leerlo en casa”. No prestaba sus libros con el alegato de “quien presta un libro, pierde el libro y pierde el amigo”.
Tenía Prats también una sucursal en Los Pomos, que era atendida por su hijo Ulises Prats Cedeño.
El final de sus años lo pasó viviendo en casa de su hija Nena, su esposo Lando Alvarado y sus nietos Alvarado Prats, en Mata Puerco.
Hotel Aura, propiedad de Fulvio Candelario-Cándelo-, ubicado en la calle Duarte en la intersección con la autopista a Gaspar Hernández; fundado a finales de los años 50’ y nombrado así en honor a su hija Aura.
Fulvio Candelario –Cándelo- a quien todos recordamos por su jocosidad y buen humor, nació en Santiago el 16 de marzo de 1918. Llegó a Río San Juan en 1935 con el oficio de talabartero, oficio ejerció por muchos años, hasta convertirse en comerciante, constructor de vivienda, y luego hotelero.
Cándelo casó Ana Cristina Luna (Doña Dun), con quien procreó a sus hijos Arismendy –Pipí- y Aura, y le ayudó con la crianza de Rafael y Bolívar Candelario, hijos de Cándelo con su anterior esposa.
26.- Primera urbanización de Río San Juan
Cuando el doctor Pedro Jorge Blanco llegó a Río San Juan en 1948, hizo un censo de las viviendas del poblado, contando 148 vivienda, de las cuales solo 10 estaban techada de zinc, y el resto de yagua y cana.
En 1955 había aumentado considerablemente el número de vivienda y la calidad de la construcción. En ese año comenzó el primer proyecto de vivienda de bajo costo, a cargo del señor Fulvio Candelario-Cándelo-, que el mismo bautizó como “La Caña Amarga”. Este proyecto inició después de la casa de Virgilito y Heroína y bordeando la ciénaga, llegaba hasta lo que fue la tienda “La Vencedora” de Marino de los Santos.
Eran casas de tabla de palma, piso de madera y techo de zinc, cuyo valor iba de 800 a 1,000 pesos cada una.
Terminadas estas casas inició una segunda etapa en las inmediaciones del Colegio Meñique, con las mismas características de la Caña Amarga, iguales precios y facilidades de pago.
Sin temor a equivocarnos, consideramos al querido Cándelo, como un pionero de la actividad inmobiliaria de Río San Juan.
27.- El Toro del Gobierno
Desde antes de la creación del Distrito Municipal, Río San Juan tenía muy poca calidad en su ganado lechero, hasta que en 1947 comenzaron a llegar los tres toros de raza Holstein, que se prestaban a los ganaderos por 3 meses, que al cumplirse la fecha llevaban el toro y lo amaraban en el framboyán que había frente a la casa de Mino Alonzo, para que el campesino en turno lo trasladara a su finca.
Esta actividad se mantuvo por muchos años y rindió sus frutos, hasta que los ganaderos adquirieron padrotes propios para sus fincas. Era auspiciada por la Secretaría de Agricultura.
28.- Limpieza y Ornato
Hoy en día, es posible que Río San Juan necesite más de tres camiones compactadores de basura para poder mantener a raya la cantidad de basura que se produce.
Cuando crecimos en el poblado, la basura de la calle era recogida originalmente por un buen hombre humilde y honesto de nombre Pablo Beras, que hacía su trabajo con una carretilla y una pala; al crecer más el pueblo le fue cambiada por una carreta, tirada por un caballo.
Pablo era empleado de ayuntamiento, y en ese entonces ganaba un sueldo de 12 pesos mensuales.
Lo recuerdo con afecto al igual que a sus hijos.
Vivian en la calle Padre Billini, al lado de Goyito el zapatero y frente a los Gil.
29.- Los zapateros
El primer zapatero que mi memoria recuerda en Río San Juan, fue Ernesto Pérez, nativo de Puerto Plata, que llegó al poblado en los primeros años, cuando este estaba en la playa, como parte de los muchos puertoplateños que buscaron espacio en este pujante poblado.
Era bueno y creativo en su oficio, contador de viejas anécdotas y propenso a enamorarse y tomar un trago.
Era el padre de una familia distinguida en Puerto Plata, los Perez Cid.
A Ernesto le siguieron: Goyito, Rafael Cárdenas –Marcasá-, Sergio García (discípulo de Ernesto), Ramón Tejada (Ramonón) y Marcelino Martínez (El Mocho).
30.- Los Barberos
Desde los inicios el pueble de Río San Juan tuvo 3 barberos que entre ellos se dividían la clientela.
-Rafael Martínez, a él dedicamos una de nuestras crónica con el título “Rafael Martínez, un ciudadano ejemplar” –Costa Verde DR, 2 de mayo 2021.
-Modesto Alcéquiez, de andar, hablar y trabajar pausado. Vivió inicialmente con su primera esposa Bernardina frente a Nina Ceballo y al lado de Tomás Pérez –Mella-. Luego mudó su barbería a casa de su nueva compañera frente a Virgilito y Heroína.
Modesto daba servicio a domicilio, lo que le aportaba un buen número de clientes.
Era el padre de Carlito, Nicolás, Diego y Anguito Alcéquiez, de grata recordación como amigos de infancia.
-Perfecto Frómeta. Persona de trato afable con sus clientes. Tuvo su barbería en su propio hogar, en la esquina formada por la Padre Billini con Capolillo.
De sus hijos recuerdo a Andresito, cariñoso y simpático.
Después de establecido estos tres barberos llegó al pueblo como encargado de correo el apreciado Amado Fernández (La Cepa), que aprendió el oficio de barbero siendo empleado público.
La Cepa se hizo dueño de una gran clientela de la calle Duarte.
Incursionó en la política, llegando a ser electo síndico municipal.
31.- Primera fábrica de blocks
Tuvo Río San Juan dos fábricas de blocks artesanales, hecho a mano con moldes unitarios, y fueron la de Mino Alonzo y la de Bienvenido Silverio, que fabricaban pequeñas cantidades diarias, que cubrían la demanda del pueblo.
La primera fábrica de blocks industrial, motorizada, fue la Fábrica de Blocks La Paz, propiedad de Don José La Paz (Don Checho), instalada en los inicios en la década del 60’, primero en el patio de su casa ubicada en la Padre Billini esquina Libertad, para luego mudarse a la calle Gregorio Luperón esquina Libertad, donde está el Colegio Miñique.
32.- Llegada de la televisión
La televisión llegó a República Dominicana el 1ro de agosto de 1952, pero no es hasta 1957 cuando Ángel Guzmán trae para su hogar en Río San Juan un televisor, que en ese entonces se veía opaca y borrosa.
En ese año entre final de julio y comienzo de agosto se celebraba la Semana Aniversaria de la voz Dominicana, Don Ángel trasladó de su casa al Teatro Thelma el televisor, para que gratuitamente y durante el día, el pueblo pudiera ver los artistas que se presentaban.
Allí vimos por primera vez y conmigo la mayoría del poblado un aparato televisor.
33.- El hipódromo
Teníamos en ese entonces poca diversiones, pues aparte de los baños en la Laguna y la playa, en vacaciones nos inventábamos actividades para la diversión. Una de ella era la carrera de caballo a marea seca, en la Playa Abajo, hoy de Los Barcos. Se corría del inicio de la playa hasta la boca del río.
Le puedo asegurar, que la mayoría delas carreras la ganaba Ramírez, en la yegua melada de su padre Rafael Martínez.
34.- Los Deportes
Podemos llamar al doctor Perucho Jorge Blanco, el padre o pionero, como promotor de los deportes en Río San Juan. De su propios recursos compró guantes de boxeo, para la práctica de ese deporte.
Organizó el primer equipo de voleibol masculino y femenino; pero la formación de un equipo de pelota fue su obra maestra, el glorioso Dora Sol.
El Dr. Jorge, conocedor de las reglas, organizó este equipo, que con el auspicio del Laboratorio Collado y su orientación como manager, dejó sus huellas como equipo ganador en la mayoría de los intercambios con Cabrera, Gaspar Hernández, Sánchez y Samaná.
Recorría el doctor Jorge la anoche antes de los desafíos, los centros de diversión y bares, para mandar a dormir temprano a sus jugadores, pena de dejarlo sin jugar al otro día.
No hay nada escrito de la historia de este equipo, pero tratando de hacer memoria y la ayuda de mi hermano Tato, dejo por aquí escrito quienes formaban este gran equipo:
-Lanzadores abridores: Hugo Balbuena, Licá Amonte Suero y Leo Santana.
-Lanzadores relevistas: Nelson López (Sonte), Gelín López y Víctor Bruno.
-Receptores: Ramírez Martínez y Pedrito-Venera- Rodríguez y Plutarco Almonte Suero -Tune-.
-Tercera base: Rafael Castaño-Fiquinini-
-Short Stop: Bolívar Bonilla
-Segunda base: Mayiíta y Rufo Alonzo
-Primera base: Nicolás Alcéquiez. Fernando La Paz –Negro- (outfield y primera base)
-Outfield: Negro Portorreal, Basilio Sewerer y Fernando La Paz -Negro-
Recordando el trabajo desinteresado en pro de los deportes y su papel como médico del Dr. Pedro Jorge Blanco, me pregunto, ¿por qué no hay una calle en el pueblo que lleve su nombre?
35.- Los arreadores
El 9 de julio de 1956 llegaron los tractores a El Tablón, abriendo la trocha sobre la cual la constructora Del Conte & Allasia construiría la carretera Río San Juan-Gaspar Hernández. A partir de ese día se comenzó a caminar por allí, dejando abandonado el viejo camino de la playa, por el cual se movía todo lo que entraba o salía del poblado, desde o hacia Puerto Plata.
Por ese camino, con múltiples ríos que desembocaban al mar, trasladaban los arreadores el ganado que se llevaba para matanza, mayormente a Tamboril.
El más eficiente de estos arreadores fue Pedro –Mano Manca- Polanco. Pedro llegó al pueblo como recuero de Antonio Prats y al este vender su recua, Pedro se convirtió en arreador.
Un día en la cocina de mi casa, donde él acudía en la mañana a tomar café, siempre portando un lazo que envolvía en el hombro, le pregunté: ¿Pedro, cuántos días se tomaría para llevar un ganado a Tamboril? Y cual es la ruta? Y me dio la siguiente repuesta: “El ganado hay que caminarlo siempre de día, nunca de noche”.
Me dijo que de Río San Juan a Tamboril tardaba 6 días en llegar de la siguiente forma: Salía de RSJ a las 6:00 de la mañana y a las 6:00 de la tarde llegaba a Gen, después de Gaspar Hernández. Allí descansaban y pastoreaban el ganado por 2 días; salían de Gen y en ese día llegaban a Jamao, para hacer lo mismo. La última etapa del viaje era de Jamao a Tamboril, donde entregaban las reses.
El principal comprador de ganado para carne, era el señor Amado Dajer.
Además de Pedro, otros arreadores que había eran Luis Vicioso y Sacaría Martinez, hermano de Mauricio.
Hoy recordamos con respecto y admiración a estos héroes del trabajo que tanto ayudaron al desarrollo de Río San Juan.
37.- Las Carretas
En el libro “Papeles de Río San Juan”, de la autoría del apreciado amigo Leoncio Bisonó, aparece una vieja foto con la carreta tirada por bueyes, manejada por el siempre recordado Don Cira Hernández.
Esta carreta tirada por cuatro bueyes, era propiedad de la casa Guzmán, y en ella se transportaba toda la mercadería que llegaba en barco, y en ella también se acarreaban los frutos que se llevaban a las islas vecina o a Puerto Plata. Su manejador era el señor José Hernández (Cira) hombre que conocía sus bueyes y lo trataba con consideración, no le gustaba que los niños se lo montaban en la carreta, alegando que los bueyes se cansaban.
Utilizaba una garrocha con un clavo en la punta, y un día una profesora le reclamó “no lo pinche” y el le contesto “doña, desde que le pongo un clavo a la vara, le corto la punta”
Todavía lo recuerdo animando sus animales por sus nombres: “Moreno, Canelo, Dulce de Leche, y Pata Blanca”.
Don Cira era nativo de Cangrejo, Montellano, Puerto Plata. Vivió por largos años rodeado del cariño de sus hijas Ana Luisa (Lilín) y Julia Hernández (Nani). Falleció el 2 de marzo del 1996.
Cira era también el abuelo de mis buenos amigos Isabel Bonilla y Luis Hernández.
Los de más comerciantes acarreaban sus mercancías en otra carreta de alquiler, que era manejada por Alfonso Fricá Estrella (Mayia), esposo de Venera Rodríguez y padre de crianza de Eduvina Bonilla.