Que si el estado de emergencia, que si la covid19, que si no se puede porque no es legal, que si es improcedente, bla, bla, bla… ¡Excusas! ¡No y no! El PRM no debe permitirse más escándalos, intrigas y sinsabores dentro de su gremio porque ciertas situaciones solo generan desconfianza en la población.
Le acaba de explotar en la cara, y como no se ha originado en ningún otro municipio, una holla a presión al Partido Revolucionario Moderno. Algo que, tras tanta espera, se veía venir. ¿Qué se podía hacer de otra manera? ¿Qué debieron guardar la calma? Quizá. Pero cuando a casi dos meses de haberse posesionado el nuevo gobierno, muchos de sus militantes yacen en un limbo laboral y que, conjuntamente, impongan por tal o cuales razones a personas de afuera, surgen disgustos como el de algunos dirigentes de ese partido en el municipio Río San Juan de María Trinidad Sánchez.
El PRM debe organizarse mejor a lo interno en los municipios, no es hora de darse el lujo de que se sigan armando pequeños fuegos por todos lados innecesariamente. Sería apropiado escuchar y responder a tiempo a la gente que se dejó la piel para llevarles al poder. No se trata de mantener contentos a todos, porque eso es imposible, pero sí respetar el gran trabajo de hombres y mujeres que apostaron por el cambio. Valorar sobre todo a los locales que están cualificados para ciertas posiciones.
Y para concluir, cabe recalcar lo expuesto al inicio, si esto fuera en vía contraria, la baraja fuera otra y hoy, muy por encima de un estado de emergencia, muchos ya estarían fuera de sus puestos. Todavía hay tiempo para hacer bien algunas tareas por terminar…