Río San Juan.- La mañana soleada contrastaba con la sombra de los árboles de uva y almendra, en la playita de los muertos. Esa belleza del paisaje, unido a la quietud del lugar, fue el sitio perfecto para conjugar los sentimientos de hermanos, durante la reunión de un grupo de 16 amigos de infancia que decidió hacer una pausa a la vida convulsionada, para sentir la vibra positiva del amor fraterno que persiste, a pesar de que algunos tenían hasta 40 años sin verse.
Las horas pasaron, y el crujir de las olas, junto al sonar de las garzas, hizo pasar desapercibido el tiempo entre una risa constante, producto de las cientos de anécdotas que surgían sobre las travesuras que en nuestra juventud llenaron todo el espacio de ese momento imborrable que nos tocó vivir.
Al caer la tarde, y cómo terminan los grandes espectáculos, Papá Dios, identificándose con tanta camaradería, nos regaló un crepúsculo capaz de ponerle la piel de gallina al más insensible de los humanos. El recorrido nos trasladó a la playita de Mino para luego, ya en la noche, irnos al Karaoke de Amilkar empanadas, frente al parque municipal, donde a la 1:00 de la madrugada nos sorprendió la despedida con la misma calidez que reinó a lo largo de nuestro encuentro.
Los abrazos y expresiones de cariño surgían a borbotones, tonificándonos y haciéndonos sentir la necesidad de un compromiso que nos permita volver a reunirnos en una fecha no lejana. Dejando establecido que para el próximo encuentro trataremos además, temas relacionados con nuestra contribución a la solución de los problemas más perentorios que afectan al Río San Juan que está prendido en nuestras almas.