Ha sido un “lapsus” aclaraba ayer el ministro de Salud Publica Dr. Rafael Sánchez Cardenas, ante la televisión dominicana al referirse al “error”, “confusión” o metida de pata, (dicho en buen dominicano), que en una entrevista realizada por la periodista Alicia Ortega, cometió, al decir que Salud Pública no recibió pruebas rápidas Covid-19 por parte de Gonzalo Castillo.
¿Por qué es un error muy caro? No porque conlleve a la destitución del cargo del ministro, porque en estado de emergencia no procede y porque además en plena campaña y con tantos fiascos, el gobierno no se lo puede permitir.
Caro, ¡carísimo! porque con todo el dinero y palabrería barata invertido en la campaña electoral de Gonzalo Castillo, ahora con esta nueva duda lanzada al aire, pone en grave cuestionamiento toda la parafernalia que se ha exhibido en la televisión. Lo que hace que dicha candidatura tambalee aún más a tan solo semanas de las elecciones presidenciales.
Cuando las cosas empiezan mal no pueden terminar bien, creer esto, más que un lapsus, es una enfermiza obsesión.
De todos sus delfines, el gobierno se empeñó en llevar a un candidato presidiario como aspirante a la presidencia o mejor dicho al continuismo del danilismo. De estar limpio ¿cómo explica el gobierno la reciente renuncia de Luis Fortuño? ¿O es que esto también es un plan de la oposición para dañar la imagen del “pobre penco”?