Ante la partida física a la presencia de Dios, de dos religiosos me dio por escribir algo que desde mi punto de vista deja mucho que decir y pensar.
Antes de expresar mi sentimiento, quiero felicitar a todos los organismos sociales que luchan a diario por la desigualdad social. He aquí donde me enfocaré para desarrollar mi punto.
En vida de monseñor Agripino Núñez Collado vimos un servidor de la religión, pero muy apegado a la creación de una clase social de élite, apoyado por los diferentes grupos sociales, políticos, religiosos, etc… cosa que no está mal, desde el enfoque no religioso.
En fin vimos a este señor vivir una vida de lujos, guarda espalda, chofer, vehículo de última generación entre otros.
Para su funeral el Presidente Luis Abinader declaró la patria con día de duelo nacional.
Del otro lado, el Párroco Ramón Alejo Cruz( padre mon o moncho), un hombre que vivió toda su vida por la lucha a favor de los pobres, como se dijo en la misa de cuerpo presente en San Francisco de Macorís.
Vivió para los pobres, esto no quiere decir que era pobre o poco adinerado, sino que su vida cristiana se basó al mandato bíblico de Jesús: “ para ver el reino de los cielos, deja todo lo que tiene y sígueme”.
Fue un hombre que vivió sin apego a lo material, porque su riqueza está en los cielos donde hoy está, donde no tuvo clases sociales sino hombre y mujeres tal y como Dios al principio creo al mundo.
Vivió en plena lucha contra la desigualdad social, apegado a la constitución de nuestra patria y a las leyes que rigen su religión, creador de discípulos de la fe en Jesús, María, el Espíritu Santo y Jehová Dios padre.
Pero solo será recordado por los que en un momento nos cruzamos frente a su vida y pudimos ver el gran ser humano que fue, que de hacer una descripción tardaría días en completar su página.
En verdad puedo decir que la moneda tiene dos caras y dos valores diferentes dependiendo de quien la tenga en su mano.