Cuando escuchamos que a alguien le dicen narcisista, automáticamente lo asociamos con alguien que se gusta a sí mismo, pero no es tan sencillo, ya que el narcisismo es una condición llamada trastorno narcisista de la personalidad. Ésta condición es un honor a un joven griego llamado Narciso, el cual era considerado tan hermoso, que todas las mujeres de su época enloquecían ante esos atributos físicos
Según la leyenda griega, una hermosa mujer de nombre Eco, se enamoró perdidamente de Narciso, quien la rechazó y humilló ya que ésta por una maldición de la diosa Hera, sólo podía repetir la última palabra de la persona que le hablaba. Al sentirse rechazada por Narciso Eco se refugia en una cueva y muere en condiciones muy penosas, lo que hace que Némesis la diosa de la venganza impulse a que Narciso vaya a un lago donde al ver su propia imagen, se enamora de ella, lanzándose al agua y muriendo ahogado.
Hay varios tipos de narcisistas, pero todos tienen por denominador común la vanidad y egocentrismo, queriendo mantener una imagen auto-construida de grandeza y superioridad, por lo que aceptan con dificultad cualquier critica u opinión diferente de la suya, necesitando a todas horas ser observados y tener el protagonismo.
El narcisista tiene un desorden de la personalidad tan complejo que a veces resulta tóxico para el resto, asumiendo un sentimiento de grandiosidad que los lleva a asignar extrema importancia a todo lo que hacen, exagerando logros y talentos. Es probable que siempre quieran hacer algo para llamar la atención, como exaltar sus atributos y destacar sus actividades.
El narcisista tiene muy poca tolerancia a la frustración, teniendo en muchas casos una visión utilitaria de las personas, así como una visión extrema, conocida como "todo o nada". A la vez tienen mucha dificultad para manejar sentimientos de tristeza, angustia, vulnerabilidad y carencia de afectos. Un rasgo común en las personas con esta condición es creer que nunca pueden equivocarse y quien difiere de ellos es por que le tiene envidia.
Generalmente esa personalidad narcisista nace como respuesta a grandes daños originados en su infancia, como maltrato de los padres, separación, abandono, lo que los hace terminar desarrollando una ilusión superior de sí mismo, pero en realidad sienten un gran temor a juicios externos y a ser desaprobados.
Un narcisista puede funcionar bien en sociedad, incluso brillar gracias a su sentido de superioridad, pero tal como Narciso, pueden terminar ahogándose en su propio espejo de agua.
En realidad estos desórdenes de la personalidad no tienen cura, ya que no son una enfermedad, sino una condición, los cuales pueden manejarse con psicoterapia y medicamentos específicos. Claro que el primer paso para controlar este trastorno es comenzando por reconocerlo y hacer consciencia de ello, con humildad y sin histrionismo.
El narcisista tiene la particularidad que a veces lo oculta y finge tener la disposición de superarlo, manipulando inclusive al mismo psiquiatra. Sólo cuando hay una real actitud de controlarlo, observando y haciendo conciencia del nivel del egocentrismo, pero haciéndolo con grandeza y humildad, solo así, ese desorden de la personalidad pasa a ser inofensivo, tratable y manejable.
Concluyo este artículo dejando en el escenario la siguiente pregunta: ¿Eres tú narcisista?