Es sumamente preocupante ver lo que sucede en nuestro país por parte de la clase gobernante. Es realmente alarmante cuando el estado o gobierno viola las reglas, normas y leyes que el mismo ha creado.
- Maniobras fraudulentas para la aprobación del estado de emergencia.
- Distribución de gas propano en las vías públicas, lugares altamente concurridos y en horario inadecuado poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos.
- Salir en pleno toque de queda a repartir alimentos y ayudas empacados con el nombre y foto del candidato oficial, en vehículos del estado y custodiados por la policía nacional.
- Una corrupción rampante que nos sitúa en uno de los primeros lugares de América Latina.
- Impunidad descarada y si acudes a los tribunales a denunciar un dirigente del (PLD) corres el riesgo de ser acusado de difamación.
- Indiferencia ante la criminalidad y la delincuencia.
- Sobrevaloración de obras del estado como la catedral de San Juan, los vagones del Metro y el palacio de Bellas Artes.
- Uso desmedido de los recursos del estado a través de las nominillas y los barrilitos.
- Los súper tucanos.
- Escándalo de corrupción en la (OISOE).
- Negociaciones turbias y nunca aclaradas con Odebrecht posicionando la República Dominicana en el centro de sobornos de América Latina.
Actualmente el pueblo dominicano se encuentra bajo una amenaza dictatorial y eso ya lo vivimos durante los 31 años del tirano Rafael Leónidas Trujillo.
Ante tal situación la nación Dominicana atraviesa uno de los procesos socioeconómicos más difíciles después de tal dictadura y dentro del período democrático de las últimas cinco décadas.
Es tiempo de que despertemos y tomemos con determinación una firme decisión de tal manera que erradiquemos esta administración plagada de males que ponen en peligro la salud y estabilidad del pueblo dominicano.