La historia de David Ortiz contra los Yankees de Nueva York llegó a su fin el jueves 29 de septiembre de este 2016.
El equipo neoyorquino no tendrá que enfrentarlo más.
"Big Papi" recibió un merecido homenaje del equipo al que más ha hecho sufrir con sus batazos en los últimos 17 o 18 años.
Es un premio -un cuadro de su imagen en el estadio del afamado pintor deportivo Justyn Farano- y un hermoso gesto, sin importar la rivalidad ante su acérrimo rival, Medias Rojas de Boston, de parte del equipo más laureado de Grandes Ligas y uno de los más famosos del mundo, a un pelotero carismático, respetuoso y con un innegable talento como lo es Ortiz.
El mismo David reconoce que la animosidad entre su equipo, los Medias Rojas, con los Yankees hizo posible que él se convirtiera en lo que es, que trascendiera más allá de las fronteras norte y sur de Estados Unidos y de su país natal, República Dominicana.
"Nuestra rivalidad con los Yankees me hizo quien soy. La intensidad de esa competencia es lo que voy a extrañar de más cuando termine", le dijo al portal playerstribune.com antes de sus últimos tres juegos como pelotero activo ante los Bombarderos de El Bronx en Yankee Stadium.
Y tiene toda la razón, Ortiz ha sido una bestia contra ellos desde la postemporada de 2003, que relativamente salvó su carrera como ligamayorista.
En 242 juegos ante los Yankees, Big Papi dejó un promedio de bateo de .305, 53 jonrones -31 en El Bronx-, 75 dobles, 171 empujadas y .973 de OPS. Y se dio el lujo de hacerlo en el viejo y nuevo Yankee Stadium.
Su saña ante Nueva York sin dudas la inició en la memorable postemporada de 2004. Allí Big Papi, en el cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga American, castigó con jonrón al gran relevista Mariano Rivera para ayudar a Boston a iniciar la remontada más épica de todo el béisbol, tras estar abajo 0-3 en la serie con dos outs en la novena entrada para ser eliminados.
Luego volvería a vestirse de héroe ante "Mo" Rivera, y el resto de la historia es conocida. Boston terminó avanzando y ganando la llamada Serie Mundial después de 86 años de sequía y terminando así la supuesta "Maldición de Babe Ruth".
Su nombre se convirtió en leyenda.
David después ayudaría a los Medias Rojas a ganar otras dos Series Mundiales (2007 y 2013), y en su último año llevó a su equipo a ganar el gallardete de la División Este, no sin antes infligirles a los Yankees una estocada mortal en sus aspiraciones de llegar a postemporada vía wildcard con una barrida de cuatro juegos en Fenway Park.
El título divisional no lo pudo celebrar el miércoles 28 de septiembre en el terreno de Yankee Stadium, pero se dio el gusto de restregárselo en la cara a los fanáticos neoyorquinos, una vez más.
De esa manera, y aunque en su serie de despedida ante los Yankees, David Ortiz no pudo hacerles ningún daño al bate al irse de 10-4 con 4 ponches, sí se dio el gusto de bañarse en champaña en el camerino del estadio ellos.
Lástima que ya no lo veremos más en el terreno de la "casa que construyó Derek Jeter"