Actualmente la situación política en nuestro municipio gira alrededor de los dos grandes partidos que gravitan en la vida nacional; pero tanto el PLD como el PRD se enfrentan a problemas similares en su dinámica interna, producto del clientelismo rampante que domina entre la base de ambas organizaciones y que llega a su clímax en comunidades pequeñas y empobrecidas como la nuestra.
El PLD, con una estructura organizacional de larga data y sumido en algo menos que la inercia, sin ni siquiera un local donde sus miembros y simpatizantes puedan reunirse, sobrevive gracias a la esperanza en que el gobierno central va a resolver alguno de los numerosos problemas que aquejan la población y a la burocracia de empleados que ganan su sustento, gracias a ello.
No así, en las últimas elecciones internas se pusieron de relieve las contradicciones normales, pero que aquí han tomado ribetes de guerra abierta entre el candidato electo a la sindicatura y el politburó que dirige el partido.
Al parecer al candidato se le está haciendo sumamente difícil convencer a la dirección de que le dé su apoyo, y podría repetirse la historia de las elecciones del 2006 donde el candidato del PLD perdió por la falta del soporte de la dirigencia, que aunque inerte, maneja los hilos desde atrás y si se dedica a ser dañina puede causar mucho mal.
La última jugada realizada a espaldas del politburó municipal donde a uno de los pre-candidatos perdedores se le agenció un 3 más 3, es decir 3 años la candidata que ganó la segunda posición y los últimos 3 años para el suplente, que seria este actual regidor, en desmedro de los que compitieron para las plazas de regidores. Esto ha calado profundamente en la dirección que no estaba al tanto de estas truchimanerias y profundiza aún más las contradicciones.
El PRD, aunque más sólido en su voto militante, adolece de una estructura orgánica creíble, y a pesar de su mediocre desempeño en los casi 16 años de gobierno municipal, conserva cierta fortaleza en las masas más pobres e iletradas, por los favores y canonjías practicados desde el ayuntamiento; además de las botellas que reparte entre sus activistas de barrios y campos, que según el decir de algunos, andan por más de 300.
El PRD también ha sufrido los efectos de las elecciones internas, donde sólo se aspiraba a las regidurías. Pero el uso de masivos de recursos para la compra de votantes de uno de los aspirantes, el cual aparece en los padrones de todos los partidos, abrió fisuras muy difíciles de cerrar y por lo bajo se habla de que muchos de los que terciaron en esta contienda interna se cruzarán de brazos y le tienen un maco para cuando llegue mayo.
El desgaste natural de 16 años gobernando un municipio que se ha quedado atrás en todos los órdenes, se está reflejando en la displicencia con que la militancia perredeísta está participando en las actividades del partido; aunque hay que destacar que el actual síndico está fajado buscando sus votos entre los deportistas y otros sectores en los que el candidato del PLD no tiene incidencia ni la ha procurado. Ambos tienen el desafío de conquistar a los disidentes de sus propios partidos y del ajeno, pero ambos tienen sus enemigos en su propio seno.
Visto así, se abren las puertas para una tercera fuerza a la que ya muchos llaman el plan C, se sabe que los 5 o 6 reformistas que quedan andan detrás de la regiduría reservada del PLD, pero ese sería el peor negocio, dada la poca credibilidad de los negociadores reformistas y la escasa votación obtenida en las pasadas elecciones.
Otra fuerza se "acolumbra" por ahí y sólo se está a la espera de la firma de un acuerdo que abra las puertas para que personas que no estaban por participar en la política activa se integren en este frente renovador que puede echar una pasta de jabón al sancocho de cualquiera de los contendientes mayoritarios.
Los próximos días serán decisivos para determinar dónde la gallina pondrá los huevos.