Una década de pensar (Editora Centenario, S.R.L., 2021) del economista y político Fernando Álvarez Bogaert (1941) es un texto donde el autor nos demuestra que sigue mirando con curiosidad el mundo de la dominicanidad y sus ancestrales problemas, donde reafirma su potencial para elucubrar y constituirse en librepensador para esclarecer hechos y realizar proyecciones.
En una década de pensar no aparece lo que el prejuicio nos dicta o lo que el antecedente nos condiciona: el talante frío del economista ni la reafirmación de que el político es un ser que esboza sus conceptos desde lo sectario. De ahí que no sea casualidad que el autor recurra a filósofos como Lao Tze o Rabindranath Tagore, y que haya dado a este conjunto de ensayos una flexibilidad que haga interesante su lectura.
Hecho de conciencia y desde la conciencia es este libro. Nacido, sin lugar a dudas, de la tensión del que piensa y no de la pretensión del que se cree un acabado especialista. Fue escrito (y bien que se nota) luego de estudios y reflexiones sobre la realidad dominicana y su conexión con el mundo.
Y es que Álvarez Bogaert es un profesional que más allá de estar únicamente interesado en mantenerse al tanto y al día de la actualidad y los temas, se mantiene atento, condición que le lleva a pensar y hacer aportaciones con cierta luz a un mundo donde en los dos últimos años se ha producido (por la pandemia) un apagón metafísico de incalculables proporciones.
La avidez por el conocimiento es visible en el hábitat de Fernando A. De ahí que él confiese que desde antes de asomar el alba ya ha leído los más perspicaces informes políticos y económicos de las más prestigiosas revistas. Se avitualla para afilar bien sus criterios, se entera como el ojo del niño escrutando con voracidad todo, para no quedarse momificado en el pasado. Su escritorio está lleno de informes, papeles, textos, de ahí que cuestione más allá de la inmediatez y la superficialidad, hermanas gemelas de la prisa.
Una década de pensar reúne tres ensayos escritos en distintas épocas: “Un desafío sin precedentes, febrero de 2004; segundo, Hacia la transformación necesaria, diciembre de 2005, y La patria amada, febrero de 2006), y se embarca, soterradamente, en demostrar que la política y la economía son dos corrientes, que, si no desembocan en el río de la humanidad, no tienen sentido.
Bogaert, a partir del dato, reflexiona. Pero no es el economista, como ya dijimos, que se reviste de la frialdad para producir el juicio, es en el fondo el humanista que se pone el traje de pensar para visualizar el futuro. Un preocupado más por el derrotero de la patria.
Llaman la atención dos hechos que tienen singular importancia: el texto está dedicado a la diáspora dominicana, y está ilustrado con un conjunto de magníficas fotografías que dan un perfil de lo citadino y lo rural que engullen el ojo.
¿Qué piensa Álvarez Bogaert del poder, la democracia, el desarrollo? ¿Cuál es su visión de la educación?
“El poder, en su interioridad, en su esencia tiene un rasgo muy fuerte de corrupción. El poder corrompe, porque al entregársele el dominio de los otros, la libertad de esos otros, cae en sus manos. Entonces, usted tiene la posibilidad de aplastar, de dominar a los otros”. (Página 17)
Reflexión necesaria en un ambiente donde el desempeño público se ha maleado y tantas personalidades protervas se han enseñoreado.
Hombre extraño este Fernando Álvarez, ex candidato a la vicepresidencia, ex ministro, y hasta ex secuestrado y vejado por infames paleros y personajes, que no se vanagloria de poseer fortuna alguna, salvo el hecho de estar suscrito a periódicos y revistas de importancia, donde escarba, busca y como pensador e investigador de realidades económicas y humanas, se especializa para hacer productivos sus días. Una década de pensar, es fruto del árbol frondoso de sus reflexiones.