Todos los que de una manera u otra estamos vinculados a Río San Juan, sea esto por ser nativo de esa comunidad o por haber creado vínculos por diferentes motivos, hemos notado como en los últimos tiempos se ha producido un cambio notable en la conducta de un segmento de la población, el cual podríamos catalogarlo como de muy positivo, hasta el punto que se acerca a lo mágico.
Hace un tiempo, ese segmento que en reiteradas ocasiones hemos calificado como de sui-generes, había asumido públicamente la bandera de lo que ellos llamaban el pesimismo realista, obviando las acciones positivas que estaban ocurriendo, como es el caso de la organización vial, que redujo notablemente los accidentes y muertes por tránsito, la instalación de la Banca Solidaria, la cual ha sacado de la pobreza a cientos de personas, permitiendo con sus préstamos a muy bajo interés que esas personas desarrollen pequeños negocios; y por último para no abundar demasiado, tenemos la carretera RSJ-Payita, la cual consideramos una obra cumbre para el Municipio.
Ese sector que se burlaba de los que asumían una posición optimista, considerándolos con calificativos que no merecen ni siquiera mencionarlos, por su característica descalificadora y peyorativa, en este momento parece que ha comprendido su error, abandonando ese estilo que solo promovía confrontaciones y enemistades entre los hermanos riosanjuaneros.
Siempre hemos considerado que al margen de las diferencias políticas, el respeto, la consideración y el vínculo primario, nunca, jamás, deben afectarse hasta el punto de crear heridas que después sean muy difícil cicatrizarlas.
Río San Juan es un pueblo turístico que sus dolientes deben cuidar, evitando que su imagen se afecte hasta un punto que provoque un alejamiento de quienes pueden constituirse en un instrumento de futura inversión.
Ojalá, y es mi más sincero deseo, lo cual anhelo de todo corazón, que este cambio sea auténtico y sincero, que en realidad esa actitud de integración, paz y tranquilidad se convierta en algo permanente, porque siempre hemos dicho que cuando eres parte del problema, también debes serlo de la solución.
Esta situación sólo demuestra que cuando hay voluntad las cosas se pueden, por lo que esta conversión hacia el optimismo sea el resultado de un cambio interior, de lo más profundo del ser, del corazón, del alma, auténtico, sano, sincero y con real espiritualidad hacia los demás hermanos riosanjuaneros.